Este lunes se realizó la interpelación al ministro vitalicio de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, debido al robo de 18.000 balas de la base aérea N° 1 de Durazno. Una interpelación es, por supuesto, la herramienta política que permite que un partido critique a otro, ambos se declaren ganadores en el noticiero y todos queden contentos.
La de ayer no fue la excepción, empezando por una cadena de juegos de palabras del interpelante Jaime Trobo, que debió dedicar un buen rato a su discurso. Sin embargo, la peor acusación llegaría minutos más tarde.
“Es una pena que esos proyectiles hayan desaparecido”, dijo en su oratoria un representante nacional, que no quiso identificarse, aunque, al pasar raya, todos terminan siendo muy parecidos. “Con una ráfaga de 360 disparos se hace un daño importante a la fachada de una escuela de tiempo completo, así que con 18.000 podíamos balear 50 escuelas de tiempo completo”, agregó.
Al pedírsele que explicara sus dichos, culpó a la falta de sueño y a un programa que acababa de instalar en su computadora, “que trasforma todo en escuelas de tiempo completo”.