Si bien la sequía que afecta al país preocupa a las autoridades, en las últimas semanas desde el gobierno se ha asegurado que la situación “no es tan mala”, ya que en este momento la falta de agua “está afectando más que nada al sur del país, en donde el agua es necesaria mayoritariamente para el consumo humano, y no tanto al resto del territorio nacional, donde el déficit hídrico se vuelve un problema realmente complicado, ya que afecta a la ganadería y el cultivo de la soja”.

De todas maneras, la falta de lluvias en la cuenca del río Santa Lucía sigue siendo considerada “un problema grave”. “OSE extrae desde allí el agua que distribuye mediante su sistema de cañerías. Y como en este momento se está tratando de cuidar lo máximo posible el agua potable, le estamos recomendando a la gente que para actividades como el riego y el lavado de veredas y de autos no utilicen el agua para consumo humano, sino el veneno que sale de las canillas. Si ese veneno llega a faltar, la gente va a empezar a usar el agua embotellada o la que extrae de sus potabilizadoras personales para lavar y regar”, aseguró un jerarca del ente.

Uno de los principales objetivos de las autoridades es “desterrar el mito de que el agua de OSE mata las plantas o corroe la chapa de los autos”. “Se trata de una falsedad o, en el mejor de los casos, de una leyenda urbana. La población puede usar con total tranquilidad eso que en el lenguaje técnico llamamos ‘agua apta para consumo humano’ para prácticamente todas las actividades posibles. Lo único que debe evitar es ingerirla o ponerla en contacto con la piel”, explicó un funcionario del área de comunicación institucional del ente. De todas maneras, las autoridades aseguran que tienen un “plan de contingencia” para el caso de que la sequía se prolongue. “OSE desarrolló lo que llamamos Unidades Contaminadoras de Aguas, que transforman el agua potable en una sustancia peligrosa para el consumo humano. En caso de emergencia se pueden usar”.