Increíble. Soñado. La primera participación en una competición internacional en la historia de Juventud se corona con la clasificación y el pasaje a la segunda fase de la Copa Sudamericana, en la que tendrá como rival a Emelec de Ecuador, que anoche dejó fuera de competencia a León de Huánuco de Perú. Se preveía que iba a ser así, pero ayer se comprobó: ¡qué difícil es jugar en Potosí! Nosotros, como simples espectadores, notamos la dificultad de los futbolistas de Juventud y no imaginamos el malestar que les debe haber causado jugar a casi 4.000 metros de altura sobre el nivel el mar. Así y todo, el equipo pedrense de Jorge Giordano aguantó el asedio de Real Potosí en el primer tiempo. De a poco, marcando y metiendo, y aguantando la renta que llevó desde Montevideo, aquel 4-1 conseguido en el Franzini. Ya en la primera jugada del partido, cuando no iba ni un minuto, llegó el peligro al área de Fabián Carini, que tapó, dio rebote y volvió a tomar la pelota. Como siempre pasa en la altura, probar desde afuera fue una de las armas predilectas por los locales. Desde afuera y de todos lados. Y a eso apelaron los bolivianos, pero el tiempo pasaba y para Juventud era negocio. Cuando parecía que el temblor había pasado llegó la apertura del score, por medio de Jorge Toco, en una jugada muy entreverada, casi en el área chica. Era el 0-1 y quedaba muchísimo. Los 15 finales del primer tiempo serían muy sufridos, pero se aguantó ese resultado, no sin atacar y probar algún disparo al arco, como hicieron Báez y Alonso.

Con uno menos

Arrancó torcida la segunda etapa. Juventud jugaría con diez futbolistas durante 45 minutos, porque Jaime Báez se fue expulsado en el entretiempo. ¡Uf! Iba a ser cuesta arriba para los uruguayos, y más cuando Gilbert Álvarez, con un certero cabezazo, puso el 2-0. Y faltaban 30 sufridos minutos por jugar. Pero ellos pensaban que podían. Y Matías Alonso fue un león, corrió todas, le sobró el aire e insistió en el área contraria. Incluso tuvo una oportunidad de empatarlo, pero no acertó. La mitad de la cancha pedrense tuvo que ser reforzada con el ingreso de Renzo Pozzi y después, sobre el final, con la entrada de otro que corre mucho y bien: Gastón Puerari. Por él salió Alonso, después de hacer un partidazo. Giordano fue manejando el aire de sus dirigidos, y el tiempo que se iba le jugaba a favor. El Rulo José Varela fue otro que corrió muchísimo e hizo un esfuerzo bárbaro; enorme José. Federico Platero, a pesar de ser defensa, se mandó y probó desde afuera varias veces. ¡Qué sufrimiento! Y terminó, nomás, después de cinco minutos eternos de adición. Tremendo laburo de Juventud, ¡salud, Las Piedras!