Quedó el sabor amargo del gol en la hora, ese golpe contra el reloj que casi no deja chances de sobreponerse. Pero el gol de los chilenos también fue premio a sus constantes ataques contra el arco que defendió Franco Torgnascioli. Iba para figura el 1 de los danubianos, pero le fue imposible parar el tiro que le dio la victoria a la Católica. Gran zurdazo rasante y cruzado de Roberto Pájaro Gutiérrez, que decretó el 1-0 a los 84 minutos.

Fue la sentencia del juego de ida. Danubio jugaba con diez hombres tras la expulsión del lateral derecho Agustín Peña, cinco minutos antes de ese gol. Los chilenos, ni lerdos ni perezosos, eligieron esa punta para ofender en lo que quedaba de partido con la velocidad de Mark González, puesto en la cancha para eso. Uno de esos piques fue el inicio de la jugada que derivó en el desequilibrio de Gutiérrez. Plan consumado.

El juego se planteó fuertemente en la mitad de la cancha, y Danubio lo hizo bastante bien. Jugó con dos volantes centrales, Agustín Viana y Gastón Faber, que se complementaron bien, y, sumado a la solidez de la línea de cuatro final, el conjunto de Jorge Castelli cerró los embates chilenos. Cuando no pudo, siempre estuvo Torgnascioli para atenazar la última pelota. En los chilenos, el desgaste lo hicieron Fernando Cordero, Diego Rojas y Christian Bravo; cada vez que recuperaron pelotas, les dieron un insistente juego por abajo, con triangulaciones cortas y descargas a la banda contraria. Eso movió permanentemente el esquema defensivo de Danubio, aunque siempre lo hizo en bloque y eso fue un acierto.

Con el correr de los minutos en la parte complementaria, la Católica apretó el acelerador. El entrenador Salas reformuló su planteamiento y, de jugar con un punta, terminó haciéndolo con tres. Es que el empate sólo le servía al elenco uruguayo. Al final, la última bocha logró los tres puntos para los chilenos. Distancia corta pensando en la revancha, pero distancia al fin.

Antes, el primer tiempo fue un frío 0-0. La franja comenzó bien, mucho mejor que los chilenos, e insinuó antes de los diez minutos de juego que la pelota detenida sería una opción de ataque constante (o cada vez que se diera la ocasión). En aquella primera oportunidad, el cabezazo de Fede Ricca se fue apenas afuera. Luego de unos 15 minutos intensos gracias a los buenos pies de Giovanni Zarfino y Nacho González, Danubio fue perdiendo terreno y pelota. La más clara de la Católica en el primer tiempo fue un tiro de David Llanos que atajó Torgnascioli. Ese planteamiento, con los chilenos atacando, Danubio apostando a la pelota detenida o a los contragolpes y Torgnascioli como protagonista, fue la radiografía de todo lo que pasó en la parte complementaria, salvo el gol.

La revancha será la semana que viene en Montevideo, el miércoles 19 a las 21.00 en el estadio Franzini.

Detalles

Estadio: San Carlos de Apoquindo (Santiago, Chile). Árbitros: Raúl Orosco, Javier Bustillos y José Antelo (bolivianos).

Universidad Católica (1): Cristopher Toselli; Pablo Álvarez (81’ Stéfano Magnasco), Guillermo Maripán, Germán Lanaro, Juan Carlos Espinoza (57’ Mark González); Fabián Manzano (74’ Roberto Gutiérrez), César Fuentes, Cordero, Rojas, Bravo; David Llanos. Director técnico: Mario Salas.

Danubio (0): Torgnascioli; Peña (79’ expulsado), Joaquín Pereyra, Fabricio Formiliano y Federico Ricca; Gastón Faber y Agustín Viana; Giovanni Zarfino (63’ Seba Fernández), Leandro Sosa e Ignacio González (77’ Marcelo Saracchi -82’ Jorge Graví-); Juan Manuel Olivera. Director técnico: Jorge Castelli.