El carbonero jugó de prestado y a puertas cerradas el sábado con El Tanque Sisley en el Parque Viera. Lo normal hubiera sido que Peñarol jugara como local en el estadio Centenario y con gente en las tribunas de los dos clubes, pero por unos pocos que quisieron terminar el clásico del 14 de junio antes del pitazo final, muchos, que no piensan en tirar butacas ni en insultar al que tienen al lado por llevar otra camiseta, quedaron sin alentar a sus colores, aquellos que sufren, lloran y gozan desde chiquitos.

La igualdad agónica de El Tanque Sisley quedará escrita en los libros de historia porque Diego Forlán marcó su primer gol oficial en el club, pero también por el punto de oro que rescataron los de Julio César Antúnez en la última jugada del partido.

De arranque, como queriendo pegar el madrugón, Peñarol se puso en ventaja. El cerrochatense Diego Ifrán definió de volea y marcó un golazo, como cierre de una gran jugada previa entre Forlán, que lanzó largo y cruzado para Marcelo Zaladiós Zalayeta y éste, como si tuviera un diazepam en el pecho, se la dejó dormida a Ifrán, que remató de primera. Tras la apertura, el primer tiempo se mantuvo con varias situaciones de gol para los dos. Peñarol tal vez haya tenido las más peligrosas, pero El Tanque llegó bastante más. Elías Ricardo Figueroa, al toque, tuvo el empate, pero su un buen remate pasó cerca del palo derecho de Gastón Guruceaga. Los fusionados, con casaca rosada, atacaron constantemente pero no pudieron mandar la bola contra la red.

DF10

La primera del segundo tiempo fue para El Tanque, con un remate de Maximiliano Peto Callorda que tapó sin problemas el artiguense Guruceaga. Pero empezaba movidito el segundo tiempo, igual que el primero. Y Pablo Bengoechea, como en el partido con Cerro, sacó temprano de la cancha a Federico Pajarito Valverde. Por él entró Sebastián Píriz. Federico, que tiene 17 años y está empezando a aparecer en el fútbol profesional, es determinante cuando juega con chiquilines de su edad, pero por ahora no lo ha sido en Primera División. Sin duda, la confianza que le está dando el entrenador, al ponerlo como titular y permitirle rodearse de figuras a las que veía por televisión, como Forlán y Zalayeta, seguramente le permitirá dar el salto de calidad.

El Profesor, además, mandó a la cancha a Nicolás Albarracín para que hiciera su debut en el aurinegro remplazando a Ifrán, el autor del gol, para que los aurinegros pasaran a jugar con el ex Wanderers por la derecha, Forlán por la izquierda y Zalayeta un poco más adelantado.

Por el lado de los dirigidos por el Tola, Figueroa estaba picante y merodeaba el área contraria. Franco López también era peligrosísimo para los defensas mirasoles. Tanto fue y fue El Tanque que lo terminó empatando con un gol de Joaquín Aguirre, un ex Peñarol. Tras un córner, el defensa cabeceó picando y al piso -como dice el manual- y marcó el merecido empate fusionado.

Pero cuando las nubes cubrían el cielo montevideano y se le venía la noche a Peñarol, enseguida vino el primer gol oficial de Diego Forlán Corazzo: rápida reacción del carbonero con la intervención del Vasquito Mathías Aguirregaray, que subió por la derecha y mandó un centro cruzado que encontró con su pie derecho el rubio número 10 en el área chica. Ventaja en el marcador y las manitos haciendo una P para dedicárselo a la creadora de los mejores cupcakes. Antes del gol era un partido, en el que El Tanque estaba muy bien; después de la anotación de Forlán, a pesar de que los visitantes no aflojaron, Peñarol se afianzó. Pero quedaba la última, que llegaría en los últimos segundos de la adición: ¡penal para El Tanque! Inocente falta de Diogo Silvestre -que ataca mejor de lo que defiende- y penal que pateó Yuri Galli al palo izquierdo del golero aurinegro. El empate fue festejadísimo por los jugadores de El Tanque. Es que fue el penal y nada más, y el 2-2 fue su merecido premio por no bajar los brazos. Para Peñarol, en cambio, fue un punto con sabor a derrota.