Si bien el gobierno había advertido que la Ley de Presupuesto Quinquenal iba a tener un perfil “austero”, el texto contempla algunos aumentos salariales de directores de ministerios, así como la eliminación de los topes salariales para asesores. El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, aseguró: “Es imposible saber con exactitud qué va a pasar con la economía. Seguramente aparezcan ciertas complicaciones, por lo que no podemos aumentar más los sueldos de los docentes. Pero también existe la posibilidad de que la economía evolucione favorablemente. Para contemplar esa situación aumentamos los sueldos de los cargos de designación directa. Sería extremadamente temerario e irresponsable no estar preparados para todos los escenarios posibles”.

Pero algunos legisladores frenteamplistas ya anunciaron su intención de eliminar ciertos aumentos salariales, como el de los directores del Ministerio de Desarrollo Social, para dedicar más recursos a educación, salud, cultura e investigación científica, algo que ya despertó las primeras resistencias. “No vamos a permitir este atropello”, aseguró un director del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que si bien no verá afectado su salario con el nuevo presupuesto, considera que “si le tocan el bolsillo a alguno, nos tocan el bolsillo a todos”.

Varios cuadros frenteamplistas están analizando la posibilidad de crear el Sindicato Único de Dirigentes Frenteamplistas con Cargos de Confianza, con el objetivo de “defender los logros obtenidos tras una década de lucha”. Si bien la medida aún no se concretó, un ex candidato a diputado por el Frente Amplio (FA) y actual asesor ministerial adelantó algunos puntos de la plataforma reivindicativa: por ejemplo, que los incrementos salariales se hagan “en proporción a los años que los compañeros llevan militando en el FA”, la extensión del pago por presentismo a las reuniones de comités de base y coordinadoras, y la inclusión de los “dirigentes tercerizados” de otros partidos que también ocupan cargos en los aumentos previstos.