En el primer semestre de la temporada 2015-2016 se jugó el Torneo Apertura. En ocasión de cada fecha, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) dio a conocer a los nuevos valores que surgían de las divisiones formativas de los clubes y debutaban en Primera División. Una vez finalizado el torneo, se pasó raya y se llegó a un número de 30 chiquilines que patearon sus primeras pelotas en los campos de juego a nivel profesional. Varios de ellos comenzaron a forjar su carrera en 2015, con suerte dispar. Algunos se asentaron en el primer equipo del club al que pertenecen, pero otros -como suele ocurrir- volvieron a su categoría o alternaron entre el banco de suplentes y la titularidad.

Son ellos

Los 30 debutantes fueron Marcelo Saracchi (17 años), de Danubio; Rodrigo Amaral (18) y Leandro Otormín (19), de Nacional; Federico Valverde (17) y Gastón Guruceaga (20), de Peñarol; Darío Pereira (19), Camilo Núñez (20), Diego Fernández (20), Cristian Souza (20) y Paolo Dantaz (21), de Rentistas; Michael Guerra (19), de Sud América; Mathías López (21), de El Tanque Sisley; Facundo Rodríguez (20), Octavio Colo (21) y Nicolás Olivera (22), de Villa Teresa; Juan Pintado (18), Esteban de Iacovo (19), Delis Vargas (21) y Juan Boselli (21), de Juventud; Maximiliano Gómez (19), Facundo Ospitaleche (19), Guillermo Fratta (20) y Gonzalo Carneiro (20), de Defensor Sporting; Nicolás de la Cruz (18) y Federico Martínez (19), de Liverpool; Facundo Vigo (16), Diego Vicente (17) y Santiago Ciganda (21), de River Plate; Agustín Sant’Anna (18), de Cerro; y Roberto Fernández (17), de Fénix. Vigo, de River Plate, fue el más joven y Olivera, de Villa Teresa, el mayor.

El caso más resonante fue el del Pajarito Federico Valverde, que fue titular en las primeras dos etapas del Apertura en Peñarol, en la tercera apareció en el banco de suplentes y luego bajó a su categoría. Valverde iba a ser nuevamente tenido en cuenta por Pablo Bengoechea, pero en la recta final del torneo se lesionó. El chiquilín completó, finalmente, un buen año: fue figura de la selección sub 17 que no clasificó al Mundial, fue parte de la sub 18 que jugó dos torneos internacionales, integra el plantel sub 20 que se prepara para el Sudamericano del año que viene, y consiguió dos logros: ser campeón del Torneo Apertura y en su categoría, la sub 19.

Gastón Guruceaga, golero de la selección sub 20, también se asentó en el primer equipo aurinegro e incluso ya resolvió la extensión de su contrato con los carboneros. Lo mismo pasó con el tricolor Rodrigo Amaral, uno de los más jóvenes, que ya disputó el Mundial sub 20 y tiene edad para jugar el próximo.

Juan Boselli, de Juventud, Maximiliano Gómez y Guillermo Fratta, los dos de Defensor Sporting, y el Bolita Nicolás de la Cruz, de Liverpool, fueron otros de los que empezaron a forjar su camino con éxito en el último semestre. Boselli demostró sus buenas condiciones y su velocidad en Primera y en la Sudamericana; Gómez y Fratta se convirtieron en buenos valores para los violetas; y De la Cruz -hermano del volante de la selección uruguaya Carlos Sánchez-, además de ser titular indiscutido en el equipo negriazul, ya se calzó la pilcha celeste en la categoría sub 18 y será parte del plantel de la sub 20.

Aunque no sumó tantos minutos de juego, el defensorista Gonzalo Carneiro debutó en la competencia internacional por la Sudamericana ante Huracán en el estadio Luis Franzini.

A largo plazo

Tal vez el mejor ejemplo entre los debutantes que pasaron por las canchas uruguayas la temporada pasada sea el del sanducero Marcelo Saracchi, que integró la selección sub 17 de Santiago Ostolaza. Sus condiciones y su buen torneo le dieron la chance de viajar al Mundial de Nueva Zelanda con la selección sub 20 de Fabián Coito -ya fue convocado para comenzar a entrenar en febrero para el próximo Sudamericano- y se asentó como uno de los titulares indiscutidos del Danubio Fútbol Club. Antes que en Primera División debutó en la competencia internacional en la Copa Sudamericana ante Universidad Católica de Chile. Después, de a poco, se fue ganando un lugar entre los volantes danubianos y terminó siendo pieza importante del equipo de Luis González. “Si te ponés a pensar, capaz que es más difícil jugar en inferiores que en Primera. Lo que me costó más fue la adaptación: hay que entrenar todos los días al máximo, siempre estás compitiendo para ganarte el lugar. Al principio cuesta llegar a Primera, por el debut, los nervios, pero cuando te tranquilizás te das cuenta de que no es tan difícil”, dijo Saracchi a la diaria.

En la Villa del Cerro vieron que en las formativas había un buen lateral derecho que asomaba y le dieron alas para que volara. Se trató de Agustín Sant’Anna, que con 18 años se puso la camiseta titular de Cerro y ya no salió del equipo. Sus buenos desempeños en Primera División le dieron la chance de ser llamado por Fabián Coito para integrar la selección sub 20: “Falta casi un año para jugar el Sudamericano, pero lo bueno es que ya en febrero empezamos a entrenar, vamos a tener por lo menos diez meses para estar con los compañeros. Se dio todo muy rápido. Empecé en cuarta, estuve dos meses entrenando ahí y me fui a un campeonato internacional con la selección; a los dos meses volví a viajar. Cuando llegué del segundo torneo me enteré de que me subían a primera, y nunca me imaginé que iba a debutar este año, en la séptima u octava fecha”, contó el juvenil nacido en Montevideo pero criado en Artigas.