El equipo de Maroñas sigue imparable en este Uruguayo Especial y volvió a ganar un partido de atrás para mantener la punta del campeonato. El cuadro de Leonardo Ramos encaró la preciosa tarde sabatina en Trinidad con un solo objetivo: llevarse los tres puntos. Finalmente lo logró, en un partido peleadísimo y condimentado con polémica. El juego de los franjeados, que no es el más atildado, tiene una mística particular que lo convierte en un rival difícil de vencer. A pesar de haber caído en el presente torneo con Rampla Juniors y Racing, los de la Curva se sobrepusieron a las adversidades y siguen arriba en el campeonato. Las falencias técnicas y las bajas obligadas no han sido impedimento alguno para que este equipo, que enloquece a sus hinchas, siga primero cuando han transcurrido diez fechas del campeonato y dependa de sí mismo para colocar la quinta estrella en el escudo danubiano.
El encuentro jugado en el coqueto Juan Antonio Lavalleja poronguero tuvo de todo. En 25 minutos de juego, Danubio se acomodó mejor que su rival. Con remates, centros y profundidad, las chances aparecieron y complicaron a Adrián Berbia, que se tuvo que lucir varias veces para que su arco siguiera en cero. Cuando el equipo de Alejandro Apud se acomodó en el juego, logró sacar la ficha en el esquema de su rival y encontró huecos en ataque; apareció entonces lo mejor del rojiverde. Primero avisó el goleador del campeonato, Federico Rodríguez, con un disparo que apenas se fue desviado, pero enseguida vino el gol. Diego Gurri los madrugó a todos y movió rápido tras una falta en la mitad de la cancha para Pablo Ceppelini. El volante abrió por la derecha para Pablo Álvarez, que se la devolvió, y luego sacó un derechazo que se coló contra el palo del arco defendido por Michael Etulain.
En el complemento Leonardo Ramos reacomodó piezas y su equipo libró una batalla táctica por las bandas. Justo en el mejor momento de Boston River, Danubio lo empató, polémica mediante. Tras un centro, Damián Malrechauffe castigó sobre el arco de Berbia con más ímpetu que clase. El Gallego llegó a sacar la pelota, pero enseguida el línea Javier Castro entendió que la pelota había traspasado la goal line y corrió al centro del campo para validar el tanto, lo que conmocionó a propios y ajenos en el Lavalleja trinitario. Las quejas y los reclamos de los locales no sirvieron de nada, porque el gol ya había sido convalidado por el árbitro central del encuentro, Daniel Fedorczuk.
Con todo por jugarse, el partido se puso interesantísimo y podría haber sido para cualquiera, pero un equipo pudo más. Con más ganas que juego, Danubio lo ganó sobre el final con una jugada estilo topadora de Joaquín Ardaiz, una de las grandes revelaciones del torneo. Cuando corrían 85 minutos, el robusto salteño de 17 años peleó una pelota hasta la muerte contra un zaguero, que protestó falta, pero el danubiano ganó la posición y él mismo fue fauleado cuando ingresaba al área. Con la ley de la ventaja, tras levantarse, le alcanzó para empujarla y poner el festejadísimo 2-1 para mantener la punta.