Jugando como visitante en el estadio Luis Franzini, Liverpool derrotó 3-1 a Defensor Sporting y quedó segundo en la tabla a tres puntos de los líderes.

Defensor Sporting, que está hundido y no le encuentra la vuelta, no tuvo una tarde tan mala, aunque leyó con errores el partido al darse una y otra vez ante la muralla de los de la Cuchilla.

A los cinco minutos todo parecía violeta, cuando apareció el sanducero Maximiliano Gómez -el mejor jugador de los locatarios- para estampar un golazo. El delantero hizo un gran movimiento con el balón dominado y se metió en diagonal hacia el área. Cuando le quedó el espacio sacó un terrible derechazo cruzado, que se metió contra el palo de Guillermo de Amores. Pero Liverpool está picante, y tiene jugadores claves que lo acomodan en los momentos complicados. Con dominio de pelota y un buen juego, el equipo de Mario Saralegui logró dar vuelta el partido en apenas 25 minutos. Primero apareció el zaguero Martín Díaz, tras un tiro de esquina y una serie de cabezazos, para poner con un cocazo (solo frente al arco y sin marca) el empate transitorio.

Casi enseguida y en una contra rapidísima, Nicolás Royón puso quinta para irse por la derecha y no parar más, sólo que al ingresar al área le convirtieron un penal. El encargado de pudrirla, fuerte y arriba, fue el talentosísimo volante que tiene Liverpool, Nicolás de la Cruz. En un abrir y cerrar de ojos, Defensor Sporting vio cómo lo pasaban por arriba y no tuvo otra que salir a buscar el empate antes de que finalizara el primer tiempo. La polémica de la tarde vino cerca del final del primer tiempo, cuando Pablo Giménez cobró penal por una mano en el área negriazul. Pero luego de unos minutos y de discutirlo con su asistente, el árbitro decidió no cobrar la pena máxima, lo que obviamente caldeó el clima entre los violetas.

Para el complemento Eduardo Acevedo mandó a Gonzalo Carneiro y Martín Rabuñal, con la intención de cortar los circuitos de Liverpool, que le estaba complicando la tarde, y de generar más juego en ataque. Defensor Sporting manejó el balón y jugó bastante en la zona de los negriazules, pero el buen desempeño defensivo de los visitantes pudo más.

Con los espacios que quedaron en el fondo violeta, los de Belvedere se pararon de contra y pudieron ampliar el marcador en cualquier momento, pero no lo hicieron hasta el final. Una de las últimas jugadas tuvo a Carlos Bueno como más le gusta: solo frente al arco. El artiguense tuvo tiempo, la llevó y, ante la salida del golero violeta, la picó por arriba para sacarse la mufa y anotar su primer gol con la casaca de Liverpool en su vuelta al fóbal uruguayo. Good.