Con goles convertidos por Kevin Ramírez, Sebastián Fernández y Martín Ligüera, los tricolores vencieron a River Plate 3-1 anoche en el Gran Parque Central. Fue el séptimo triunfo al hilo de Nacional y eso explica la realidad del equipo de Martín Lasarte. Si bien no anotó, Hugo Silveira fue la figura del bolso con tres asistencias y un partido redondo. En un encuentro sólido, en el que jugó más de 80 minutos con un hombre de más, Nacional confirmó que está para pelear el campeonato. No era menor la cita de ayer, porque el sábado Danubio había ganado. A cinco fechas del cierre del Uruguayo Especial, la definición luego de esta fecha parece haberse transformado en un mano a mano entre ambos equipos. Práctico, aprovechando las situaciones a favor que le planteó el juego desde el arranque, Nacional le ganó a River sin objeciones.

La primera condicionante que quebró el partido a su favor fue la expulsión de Fernando Gorriarán. Apenas a los 8 minutos de juego el capitán darsenero le dio un feo planchazo a Tabaré Viudez y el árbitro le sacó roja en forma directa. Y como si eso no fuera un elemento que hizo de punto de inflexión, tres minutos después cayó el primer gol tricolor. Kevin Ramírez recuperó la pelota por izquierda e hizo lo que mejor sabe: trepar en velocidad; hizo una diagonal hacia el área, encontró a Hugo Silveira como socio y este, con taco de rabona, se la dejó servida para que Ramírez sacara un fuerte tiro cruzado de gol. Iban 11 minutos y Nacional ya amortizaba sus ventajas. Pero no quedó ahí. En un primer tiempo que lo tuvo como neto dominador, el conjunto de Martín Lasarte estiró la ventaja a los 23 minutos, otra vez con Silveira como actor destacado. El centrodelantero proveniente de Cerro recibió una precisa habilitación de Viudez, aguantó la pelota en el área como manda el manual -brazos abiertos, cola atrás, pelota controlada- y esperó la entrada de Sebastián Fernández para filtrarle el pase. Papelito, que entró en velocidad, no tuvo más que tocar la pelota a la carrera para vencer a Nicola Pérez y poner el 2-0.

Si bien hasta ahí Nacional fue vertical, hizo buena presión en la salida darsenera y soltó permanentemente los laterales para que se sumaran al ataque, luego del segundo tanto se dedicó a controlar la pelota y, sin dejar de atacar, empezó buscar un juego más pausado y con control de pelota. Lo hizo bien y fue una buena manera de defenderse con pelota. No pasó peligro en su arco salvo hasta el final, cuando Matías Jones pudo haber puesto el descuento de no haber sido porque Esteban Conde estuvo atento para sacarla al córner con volada incluida. Pero había más de Silveira, otra vez con cambio de roles: el ex Cerro aprovechó una pelota rápida para sacar el contragolpe. Se fue muy bien por la izquierda, llegó al área como si fuera un puntero y le metió un medido centro para el ingreso de Martín Ligüera -quien había iniciado la jugada junto a Silveira- que con un certero cabezazo puso el 3-0. El 9 como asistidor, el creativo como goleador; la polifuncionalidad mostrada en los hechos. Ligüera fue otro de los puntos altos de los tricolores, pese a que jugó sólo media hora. Minutos antes de que convirtiera el gol, el diez ya se había autogenerado una situación desnivelante: apiló dos rivales metiéndose al área, cambió de derecha a izquierda con la pelota atada, y sacó el tiro luego de dejar en el suelo a un tercer defensor. No fue gol porque Nicola Pérez intervino notablemente. Casi enseguida del tercer gol tricolor, River Plate encontró el descuento. Meritorio, porque pese a jugar con uno menos casi todo el partido mantuvo los dos delanteros para intentar atacar. Luego del entrevero en el área y el penal que cometió Diego Polenta, Mathías Saavedra cambió penal por gol y puso el marcador definitivo.