Las diferencias entre un plantel y otro son abismales si nos ponemos a analizar el partido entre Villa Española y Nacional a priori. Pero lo que tiene el fútbol, deporte democrático si los hay, es que una vez que los 22 futbolistas se enfrentan dentro del campo de juego esas situaciones económicas, de vida, trayectoria y pasado y presente futbolístico -Villa Española viene de ascender y está último en la tabla de posiciones- quedan de lado. No siempre, claro, pero los partidos hay que jugarlos. En el primer tiempo del encuentro disputado anoche en el estadio Centenario, aurirrojos y tricolores no se sacaron diferencias y se fueron al descanso 0-0. No hubo goles y tampoco mucho peligro en las áreas, sino que fue más bien un partido chauchón. Los tricolores de Martín Lasarte, que buscaban el triunfo para alcanzar a Danubio en el liderazgo del Campeonato Uruguayo, no fueron muy incisivos en el ataque con el retorno apagado de Leandro Barcia, Tabaré Viudez, Brian Lozano y Sebastián Fernández, pero fue el Huevo quien quiso encender la lámpara, y con una buena apilada de defensas del Villa por el sector izquierdo, casi en el vértice del área grande, terminó ensayando un remate de derecha que pasó muy cerca del arco defendido por Ignacio Barrios. Los de Jorge Casanova respondieron con una buena de Cristian Malán, que se encontró con un remate desviado de Diego Casas, que terminó siendo una habilitación desaprovechada, luego, por el neohelvético, que remató al medio del arco, a las manos de Esteban Conde. Si bien el Villa estaba neutralizando el juego tricolor y tuvo varios avances sobre el arco rival, con el Bigote Santiago López como estandarte y con un cabezazo que se fue apenas ancho, cerquita del palo izquierdo de Conde, con el correr de los minutos, Nacional comenzó a apretar y a llegar por ambas bandas con Fucile y Lozano. Además, el ingreso de Martín Ligüera siempre es un buen augurio para Nacional, porque el 10 floridense no sólo le da claridad al juego de su equipo, sino que con sus goles ya había abierto dos partidos que luego terminaron en triunfo en este mismo torneo. La atajada del partido fue de Ignacio Barrios, que con gran estirada sacó una pelota entre él y el travesaño, tras una pirueta de Seba Fernández que no entró de asco. El brasileño Anderson Silva, volante que es muy ordenado en Villa Española y en los equipos en los que le toca jugar, recibió una segunda amarilla que se transformó en roja y ese hecho del partido trastocó los últimos 15 minutos para los aurirrojos, que empezaban a aferrarse al 0-0 y agrandaban la figura de su golero Barrios, quien, además, por esos minutos le sacó un muy buen cabezazo a Hugo Silveira, que había ingresado un rato antes y ya había empezado a avisar. Con Nacional jugando arriba, el contragolpe comenzó a ser el arma fundamental para Villa Española, y una excelente habilitación del Bigote López -el mejor de su equipo, que jugó bárbaro hasta que se fundió- dejó a Diego Casas solo frente a Conde, y el rubio la tiró afuera. Pudo ser y no lo aprovechó el Villa, pero Nacional sí. Con Silveira muy activo, cuando se le iba el partido a los tricolores, se produjo el gol más importante del campeonato, que los dejó en la cima de las posiciones del torneo, junto a Danubio: la trepada por la derecha y el centro del colombiano Sergio Otálvaro, y el cabezazo tremendo de Silveira en la agonía del partido. La anotación del ex cerrense le permitió a Nacional aprovechar todas las posibilidades que le habían dado los otros equipos y los resultados que lo favorecían. Fue un triunfo sufrido el de los dirigidos por Lasarte, pero llegó la victoria a pesar del gran esfuerzo colectivo y el respetable trabajo táctico que hizo Villa Española. Tal vez fue demasiado castigo para el Villa, que fue al frente y seguramente llegará a tener algún resultado positivo de aquí en más.