El periódico El Observador publicó ayer que el Poder Ejecutivo tiene pronto un proyecto de ley sobre trata de personas que enviará en breve al Parlamento. En principio, todos los partidos políticos estarían de acuerdo con aprobarlo. “Este proyecto le hinca el diente a una problemática que afecta a los más vulnerables, especialmente mujeres y niños. Pero eso no es lo que despierta más interés en los partidos políticos. En realidad, lo que le gustó a todo el mundo es la parte del aumento de penas”, aseguró un diputado oficialista que trabajó en la elaboración del proyecto. El legislador aclaró, de todas formas, que desde la oposición “hay cierta reticencia a hacer valer las penas por trata de personas como muestras de mano dura”. Un diputado del Partido Colorado opinó que “si bien la ley haría que más gente fuera presa, también tiene un componente de protección de los derechos humanos de la población vulnerable que la acerca a la política de mano blanda a la que nos tiene acostumbrados este gobierno”.

Pero las críticas más fuertes al proyecto provinieron del dirigente del Partido de la Concertación Edgardo Novick, quien cuestionó la posibilidad de que se impongan controles o penalizaciones a la trata de personas. “Para mí es demasiada casualidad. El tráfico de personas que se dedican a la política, también llamados dirigentes, está más intenso que nunca, y en la mayoría de los casos corresponde a integraciones a mi sector. Y justo ahora, todos los partidos políticos se ponen de acuerdo en combatir el tráfico de personas”, aseguró el ex candidato a la Intendencia de Montevideo. Según Novick, “Los políticos tradicionales se enceguecen con la ideología y no comprenden que uno pueda ser ejecutivo a la hora de atraer dirigentes. ¿Qué sentido tiene pasarse años y años reuniéndose y discutiendo sobre las orientaciones ideológicas para ver si hay o no hay afinidades? Yo prefiero ofrecerle un cargo a alguien a cambio de su apoyo y sus votos. El país reclama soluciones urgentes y efectivas”, afirmó.