Fue la tarde del infarto el domingo en el escenario albiceleste. La jornada, sumamente calurosa, tuvo un ritmo vertiginoso e indomable, con varias situaciones de gol y momentos únicos. Los visitantes lograron imponerse 3-2 pero tuvieron que sudar la gota gorda para irse victoriosos de una cancha en la que siempre es difícil jugar, más aun cuando el estado del campo no fue el mejor.

De arranque, como el más atrevido de todos, apareció el ex albiceleste José Luis Tancredi con un bombazo a los pocos segundos del pitazo inicial. La pelota, ejecutada de tres dedos, tuvo una trayectoria rarísima que complicó a Sebastián Britos. Cuando parecía que se iba, como el tiro con “chanfle” de Oliver Atom, la pelota bajó de repente y se metió al arco de forma extrañísima. El gol descolocó a Cerro.

Con el buen ritmo que tenía el equipo de Ney Morales, con un definido 4-4-2, las chances empezaron a llegar. La sorpresa en el esquema fue la aparición de Ernesto Goñi en el lateral izquierdo (reemplazó a Gonzalo Aguilar), una inclusión clave por sus saques con la mano.

A los diez minutos, una jugada iniciada por el Teto tuvo su éxito. Goñi asistió a Gabriel Fernández, quien mandó un centro a media altura que Britos tuvo que despejar. La pelota quedó en el camino, donde apareció, como a él más le gusta, Líber Quiñones, para empujarla con un zurdazo. Con ese 2-0, los de Sayago no pararon y fueron por más.

En apenas 20 minutos Racing encontró el tercero, esta vez con una fórmula vieja, bien aplicada, originada allá por 2007. Lateral de Goñi y cabezazo de Líber. Esta vez la pelota dio en el palo, pero en la sobrecarga el Gordo los madrugó a todos y anotó el tercero para hacer delirar a sus hinchas.

La estrategia de Cerro con ese panorama cambió. El 4-4-2 de Nito Puente se transformó en un 4-3-3 con el ingreso de Jhonatan Ramírez en lugar de Facundo Moreira. El DT cerrense intentó escalonar la marca y presionar más la salida de los albiverdes, y al mismo tiempo tener más velocidad en la salida. Le salió.

Los locales manejaron el balón luego de la ventaja de los visitantes y pudieron descontar con un bombazo de Facundo Peraza, que Diego Melián desvió de forma notable. A los pocos minutos, en una contra, Maximiliano Pereira bajó a Maureen Franco en su área. Claro penal, que el goleador villero cambió por gol para irse 1-3 al descanso.

En el complemento sucedió lo más infartarte de la tarde. Ni bien arrancó, Facundo Peraza fue golpeado en el área de Racing y otra vez Diego Riveiro marcó penal. Esta vez el que lo cambió por gol, también cumpliendo con la ley del ex, fue Pablo Caballero, que lo pateó esquinado. Con el golpe anímico, Cerro se fue al todo o nada.

La tónica hasta el final no varió. Cerro tuvo la pelota, la movió, la jugó y probó de todos lados. Diego Melián tapó dos, y tres dieron en el palo. Por si fuera poco, tras una jugada entreverada, un golazo al ángulo de Nahuel Roldán fue anulado por posición adelantada dudosa. Con ese trámite, Racing se limitó a jugar de contra y tuvo una sola chance. El Toro Fernández se fue solo ante Britos y definió mal, picándola. Los de Sayago sufrieron una pelota más en el palo en el final, pero pudieron aguantar, y se llevaron tres enormes puntos del Tróccoli.