Peñarol estaba sufriendo, permanentemente desbordado a nivel defensivo por un Racing práctico y que se tiraba al ataque, que no sólo iba ganando 1-0 tras el gol inicial, sino que pudo ampliar la diferencia en dos ocasiones, la primera con un tiro cruzado de Quiñones que se fue apenas afuera, y la segunda en un tiro libre de José Luis Tancredi que le hizo guiñadas al ángulo; pero lo dicho: sufría, hasta que la efectividad le dio los premios. No es para menos: tres goles en casi 10 minutos desnivelan cualquier partido.

En el gol del empate carbonero tuvo una muy buena participación el delantero Nicolás Dibble. El veloz coloniense encaró de la punta al medio, ingresó al área y pudo haber sido su gol si no fuera por la atajada de Diego Melián. Albarracín, astuto, estaba a la pesca de la oportunidad y marcó la igualdad. Cuatro minutos después, el experimentado zaguero Ignacio Ithurralde tuvo la mala fortuna de querer despejar un centro de Alex Silva y terminó haciendo un golazo de palomita en su propio arco. A los 37, Junior Arias marcó el tercer gol aurinegro con una preciosa maniobra, dejando a tres rivales por el camino, arquero incluido. Como una ráfaga, Peñarol se puso 3-1 a favor, en un encuentro en el que su rival había sido mejor.

Racing, golpeado, volvió a ir. Una vez más. Estuvieron bien los volantes en el traslado de la pelota, con Tancredi como generador, a quien se sumaban Fernández y Quiñones para trastornar a los defensores aurinegros (ya estaba Yefferson Quintana, que suplantó a Carlos Valdez, que se retiró de la cancha lesionado). Dos minutos después del gol de Arias, Racing se puso 2-3 con el cocazo, casi nuca, del Toro Fernández. Así se fueron al descanso.

El fútbol y la dinámica de lo imprevisible: Fernando Curutchet, cada vez más director técnico de Peñarol, mandó a la cancha para el segundo tiempo a Ángel Rodríguez con la misión de equilibrar el mediocampo y, desde ahí, el juego aurinegro. Lo hizo y lo hizo bien, pero por 11 minutos, porque el ex volante darsenero fue expulsado tras tirarle un pelotazo con la mano a Ernesto Goñi ante los ojos del árbitro Fernando Falce, que no dudó y mandó a las duchas a Rodríguez y dejó a Peñarol con uno menos, con mucho tiempo por jugar.

En ese momento se le complicó la cosa al carbonero. Racing se adelantó en la cancha, empezó a jugar cerca del arco defendido por Guruceaga, y el empate pasó de lo impensado a lo posible. Peñarol reculó, metió a Nahitan Nández en el eje central, Dibble empezó a jugar como volante por la derecha y arriba sólo quedó Arias. Hasta que en otro aluvión, entre los minutos 76 y 80, otra vez Albarracín, esta vez de penal, y Arias hicieron un doblete que le puso un moño al encuentro.

En definitiva, fue un buen resultado para Peñarol, que fue tan efectivo adelante como errático en el fondo, quizá el lugar en la cancha donde más tiene que mejorar. Lejos de los de arriba, en dos fechas al aurinegro le queda el clásico como único objetivo de un semestre en el que se preparó para ser campeón.

La que viene

La próxima fecha del torneo será la número 12 y de acuerdo al proyecto inicial elaborado por la Mesa Ejecutiva de Primera División comenzará a disputarse el sábado con tres partidos. A las 16.00 Villa Española y Boston River jugarán en el Obdulio Varela; a la misma hora Racing recibirá a River Plate en el Parque Roberto y a las 17.15 Peñarol y Cerro se enfrentarán en el Campeón del Siglo. El domingo a las 16.00 Danubio jugará con Wanderers en Jardines del Hipódromo, en Belvedere Liverpool recibirá a Sud América, en Colonia Plaza jugará con Fénix y en el Estadio Olímpico lo harán Rampla Juniors y Juventud. La etapa se cerrará a las 19.15 con el duelo que jugarán Defensor Sporting y Nacional en el estadio Luis Franzini.