Ignacio María González volvió a su casa y le aguó la fiesta a Danubio, el club que lo formó, tras una definición de cabeza cuando se jugaban minutos de descuento en el estadio Jardines del Hipódromo. El 1-0 fue un resultado exagerado para las alternativas del encuentro, pero el equipo bohemio de Gastón Machado demostró que puede hacer daño de contragolpe y que la chance que tuvo con un Danubio que jugaba con diez futbolistas desde la mitad del primer tiempo, por la expulsión del volante Gonzalo González -sobre el final, también se iría expulsado el olimareño Jorge Graví-.
Wanderers ganó porque se decidió a seguir atacando; Danubio perdió por la misma razón: por no bajar los brazos y tener un único objetivo, ir, ir e ir, a pesar de la diferencia numérica. Y vaya que tuvo chances para ganar. En el primer tiempo, tuvo varias oportunidades que desaprovechó tirando la pelota afuera o en las que esta se encontró con las manos de Burián. El bohemio no tuvo muchas chances, pero atacó bien con el Chino Rodrigo Rivero, que tuvo que ser reemplazado por Manuel Castro -el delantero sufrió un esguince de rodilla-.
Desde el principio era evidente que por lo menos un gol iba a haber. Son dos equipos que juegan muy bien. Uno, Danubio, a pesar de que perdió, peleará el campeonato hasta el final; el otro, Wanderers, tuvo un gran año en la Copa Sudamericana y en los últimos partidos se fue cayendo, pero el de ayer fue un triunfazo que le permitió volver a prenderse entre los de arriba. Hay que esperar.
Ahí nomás
El buen partido de Graví, sumado a la polenta de Marcelo Saracchi, ambos de Danubio, permitieron a los franjeados de Leonardo Ramos meter en el arco a Wanderers, basándose en buenas jugadas hilvanadas: el andarivel zurdo de la cancha, con el chiquilín Saracchi, era el más explorado por los danubianos. Juan Manuel Olivera, el goleador del equipo, tuvo un cabezazo clarísimo que se fue por encima de los tres palos; el ingreso de Joaquín Ardaiz cuando faltaban 20 minutos le dio el vértigo que necesitaba el equipo. El ingreso de otro delantero, Gonzalo Barreto, también le dio buenos réditos al equipo de Ramos, que permanece en la punta y seguirá prendido hasta el final, y esta semana preparará el match del sábado con Defensor Sporting. Las expulsiones de González y Graví le generan un problema a Danubio, ya que no contará con dos jugadores fundamentales para el esquema del entrenador.
Wanderers, en cambio, tendrá una linda semana, ya que ganar de esa manera está bueno, sobre todo un gol de Nacho González, de cabeza, otra vez en la hora y para demostrar que sigue vigente. En la próxima etapa los del Prado recibirán a Fénix; están terceros en la tabla de posiciones, en zona de Sudamericana, y quién te dice que no den el batacazo en el final de la temporada.