La delegación que representará a Uruguay en las regatas que comienzan el viernes está compuesta por cinco barcos. En la categoría 29er para dos tripulantes, José Pedro Chifflet y Federico Radovitzky navegarán en la prueba masculina, mientras que Candelaria Gari y Cecilia Coll lo harán en la rama femenina. En la categoría 420, también para dos tripulantes, los hermanos Nicolás y Martín Radovitsky serán los representantes celestes. Por último, en la categoría individual láser radial competirá Santiago Diz en hombres, mientras que en mujeres lo hará Dolores Lola Moreira, quien en la pasada edición de este torneo finalizó en el cuarto puesto.

El cronograma comprende cinco días de regatas entre el viernes y el martes de la semana próxima. La abanderada uruguaya en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Lola Moreira, recibió a la diaria en el Yacht Club Uruguayo, en la antesala de su viaje a tierras neozelandesas. La joven de 17 años de edad, que sigue acumulando experiencia en la competencia internacional, tiene grandes aspiraciones para el Mundial que está a punto de comenzar. Pese a eso, reconoció que aunque a algunas de sus rivales no las conoce en profundidad, sabe que están en un gran nivel. “Salieron de la nada muchas chicas a las que veo muy bien”, asegura Lola. Este grupo, de alrededor de diez jóvenes con gran nivel, tiene además una ventaja comparativa con respecto a la uruguaya: “La gran mayoría son muy altas, y eso les da ventaja para las condiciones de viento que se esperan”, explica la sanducera. Para ella, el trabajo de este último año ha estado enfocado en mejorar en esas condiciones, ya que su altura no le da ventaja física para navegar con mucho viento. “Todo el trabajo que estamos haciendo con María Frins en la preparación física me está ayudando muchísimo”, comenta. Una mejor preparación física le permite llevar mejor el barco durante las ráfagas más intensas, además de tolerar mejor el cansancio y poder estar más despejada para tomar las decisiones tácticas necesarias. “Me siento mucho más fuerte que el año pasado, y obviamente todavía falta. No estoy como las que están dentro del top 10 mundial, pero para mi edad está bien”, cuenta Moreira.

Otra de las razones por las que ha mejorado en condiciones de mucho viento es que entrenó en Punta del Este junto a Santiago Diz cuando se preparaban para este nuevo desafío en Nueva Zelanda. Allí, bajo las órdenes de Luis Chiaparro, ambos jóvenes se complementaron de muy buena forma. En las canchas de Maldonado, “cuando entra la virazón, el viento rota al este, levanta y tenés 20 nudos parejos”, explica Lola con detalles meteorológicos. “Hemos estado entrenando mucho allá, con viento, y eso me ha ayudado muchísimo. Santiago pesa como diez kilos más que yo, entonces siempre me está exigiendo mucho, siempre va más rápido”, cuenta Lola. Esa exigencia que Diz significa para Moreira se revierte en condiciones de poco viento, en las que Lola domina mucho mejor el barco. Según evalúa ella, “nos subimos el nivel entre nosotros”. Durante su preparación para el Mundial, compitieron en el campeonato nacional y tuvieron la compañía nada menos que de Alejandro Foglia, quien, ya retirado de la actividad como velerista profesional, los asesoró como entrenador.

El cuarto puesto que obtuvo Lola en el anterior Mundial juvenil en Malasia fue un mérito enorme, teniendo en cuenta que compitió dando dos años de ventaja con respecto a las rivales más grandes. En esta oportunidad Moreira llega con 17 años, por lo que todavía tiene por delante un Mundial juvenil (sub 19) más en 2017. “Si me puedo meter entre las diez primeras, ya es tremendo logro”, dice, pero su objetivo real es mejorar la cuarta ubicación del año pasado y, por lo tanto, subirse al podio de esta competencia entre 48 embarcaciones que representarán a la misma cantidad de países.

Si bien esta actividad será lo último del año para esta promesa de la náutica uruguaya, 2017 comenzará de inmediato, en enero, con la primera etapa del circuito mundial en la ciudad estadounidense de Miami. Para el año próximo, solamente habrá cuatro etapas del circuito mundial, a diferencia de las diez que se realizaban hasta este año. Las primeras dos pueden ser abiertas, con la cantidad de competidoras que el organizador desee. Sin embargo, las últimas dos etapas son catalogadas como cerradas. Esto quiere decir que solamente competirán las 60 mejores del ranking mundial. Moreira ocupa actualmente el 49º puesto y por eso ya aseguró su presencia en todas las etapas. Ahora solamente dependerá de conseguir los recursos económicos para viajar a los cuatro destinos. La última instancia se realizará en Tokio, ciudad que será sede de los próximos Juegos Olímpicos en 2020, en los que Lola espera estar y competir al más alto nivel. “Va a estar bueno competir en Tokio, para poder conocer la sede de los próximos Juegos”, comenta ilusionada.

Ya en Nueva Zelanda, ocho historias a bordo de cinco barcos esperan la largada de un nuevo Mundial juvenil. Todas las categorías en las que competirán los veleristas uruguayos tienen su correspondiente en el programa de los Juegos Olímpicos. Para 29er, la categoría olímpica es 49er, y para 420 es 470. En láser radial no hay diferencia para las mujeres, mientras que los hombres olímpicos compiten en láser standard, categoría en la que el barco es el mismo, pero la superficie vélica es mayor.

La flota celeste está en busca de buenos vientos y un futuro de horizontes ambiciosos.