Ayer se reunió el Consejo de Intendentes y analizó varios temas relacionados con la salud pública, como el brote de dengue y la situación del transporte colectivo a raíz de la llegada de Uber. “Son dos amenazas importantes para la salud de la población. El dengue causa enfermedades y eventualmente la muerte. La llegada de esta enfermedad es un acontecimiento claramente negativo. Pero, por otro lado, la llegada de Uber, al desplazar a los taxistas, hace de las calles un lugar mucho más seguro. Digamos que en el balance muertes-vidas que se salvan, el saldo es positivo”, aseguró uno de los asistentes a la reunión.

Para analizar la situación del dengue asistió a la reunión el ministro de Salud Pública, Jorge Basso. El jerarca reconoció que por más que el sistema sanitario nacional estaba en “alerta roja” ante el brote regional, la aparición del primer caso de dengue autóctono “nos tomó por sorpresa”. “¿Cómo hubiéramos podido adivinar que el primer caso se iba a dar en Pocitos? Basta ver los noticieros internacionales para darse cuenta de que se trata de una enfermedad típica de los pobres, que viven en descampados de piso de tierra y rodeados de todo tipo de animales”, declaró. De todas maneras, con las medidas tomadas a raíz de la aparición de un caso de la enfermedad en Pocitos, el gobierno está “muy cerca” de erradicarla de la zona costera y limitar su presencia a los barrios marginales. “Lógicamente sigue habiendo un riesgo muy grande de que el dengue se expanda hacia el este o el oeste y afecte barrios como Punta Carretas o Carrasco, es lo que en el gobierno definimos como “transmisión horizontal”. El objetivo es que las medidas de prevención obliguen al Aedes aegypti a desplazarse hacia el norte, en un fenómeno que llamamos “transmisión vertical” y que es muy parecido a lo que ocurre con las cámaras que coloca el Ministerio del Interior, que sirven para que los ladrones dejen de robar en una zona y se vayan a otra”, aseguró un funcionario de Presidencia de la República.