¿Cómo fue tu trabajo en la construcción del estadio?

-Mi cargo se llama ingeniero residente. El director de obra es el jefe, mientras que el ingeniero residente es el que está a cargo de la obra, en la coordinación de todo. Me encargué de la construcción del edificio de palcos; otro compañero se encargó del montaje de las tribunas.

¿Cómo fue el proceso desde que arrancó la obra, dos años atrás?

-Yo soy ingeniera civil; estoy en la obra desde el día cero. La piedra fundamental del estadio se puso en diciembre de 2013; yo estoy en la obra desde el 10 de febrero de 2014, cuando empezó la construcción. Llevamos dos años de obra, pero en la “obra fuerte” arrancamos en agosto: entonces empezó el movimiento.

Es difícil, desde afuera, darse cuenta del impacto visual que genera esta obra. Vos lo viste cuando no había nada, ¿qué sensación te genera ahora, que ya es una realidad?

-Es increíble. Yo siempre cuento que el primer día me saqué una foto en la mitad de la cancha, con una varilla; verlo terminado es increíble. Fue muy difícil, porque en Uruguay no había experiencia reciente en la construcción de un estadio, no había gente a quien consultar o a quien recurrir para encontrar diferentes opiniones; había que remontarse al Centenario. Estuvo muy buena la parte técnica, previo a que arrancara la obra: muchas horas, mucha dedicación, pensar procedimientos constructivos, por dónde empezar, cómo armar todo esto para llegar en tiempo y forma, cambiar parte del proyecto para que se pudiera hacer más rápido porque los plazos eran acotados. Hubo muchas horas de trabajo dedicados a pensar, armar secuencias de montaje, experimentar, tirar ideas.

Te preparaste para esto, pero me imagino que este proyecto supuso un gran desafío.

-Fue un gran desafío para todos: para la empresa, para el estudio de arquitectos y para Peñarol. Mucha gente peleó por esto; en un momento se hablaba de maquetas, de capacidad, de que no se puede hacer una obra así acá, etcétera. Incluso el costo generó voces diferentes; lo que salió no llega a un tercio del presupuesto de los estadios que se construyeron en Brasil para el Mundial.

¿Qué falta para que el estadio quede pronto?

-Ahora estamos en la parte de los detalles finales. Al tratarse de una obra de hormigón hay que emprolijar detalles, terminaciones, colocar aberturas; todo lo que lleva cerrar una obra. Por otro lado, estamos apoyando al club con el equipamiento de los palcos y los vestuarios.

¿Cuánta gente trabajó en la obra?

-El pico máximo fue de alrededor de 700 personas. En este momento ya es menos la cantidad porque se está terminando.