Esta noche en el Palacio Peñarol podría quedar definido el primer finalista de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). Malvín, actual bicampeón del torneo, está al borde de la eliminación y es por mérito de Defensor Sporting, que si gana hoy se convertirá en el primer finalista del campeonato.

Fusionados y playeros jugarán en el partido de fondo de esta noche, que comenzará a las 21.30. Dos horas antes serán Trouville y Hebraica y Macabi los que pondrán la bola en el aire para disputar el tercer encuentro entre ambos. Esta serie, a diferencia de la de Sporting con Malvín, está empatada 1-1 y ya tiene asegurado, como mínimo, un desenlace en cuatro encuentros.

Los macabeos llegarán entonados al duelo de hoy luego de la buena victoria obtenida el viernes ante los rojos, que igualó la serie. En ese partido fue vital la actuación del panameño Michael Hicks en Macabi. Por momentos jugando de alero y en muchas ocasiones haciendo la función de falso cuatro, el buen jugador centroamericano venció con puntos el duro planteo defensivo que caracteriza a Trouville. Además, Leandro García Morales y Rashaun Freeman estuvieron mucho más solidarios en comparación con el primer partido. Eso generó un juego colectivo interesante en Macabi, porque hay algo que es claro y está demostrado: si Hebraica juega con fluidez es muy difícil pararlo.

Controlar esos aspectos es una de las claves para las aspiraciones rojas. A Trouville los partidos se le dan mejor cuando le funciona el cerco defensivo. Es por eso que si se desconcentra, como le pasó en el inicio del segundo partido, lo paga muy caro. En el aspecto ofensivo el conjunto rojo tiene varias opciones. Habrá que ver cómo están para esta noche el jamaiquino Kevin Young y el estadounidense Cedric McGowan, ambos fundamentales en el goleo de Trouville. El que gane hoy dará un paso importantísimo en la carrera por el título y arrancará el cuarto juego, pactado para el miércoles 30, con la chance de ganar y ser finalista.

Justamente esa es la situación que tendrá hoy Sporting en el tercer partido con Malvín. El violeta fue el mejor equipo del año, ganó la tabla al final de la Súper Liga y, si bien le costó la serie de cuartos de final ante Biguá, sigue demostrando su poderío en cada juego. En el último partido con Malvín, Kiril Wachsmann se lesionó el tobillo izquierdo. El pivot entrenó diferenciado todos estos días, pero se especula que esta noche podrá estar a las órdenes de Gerardo Jauri. Si no lo hace, será una baja sensible en el conjunto violeta. Wachsmann hace un trabajo invisible, de basurero, que tiene incidencia directa en la parte defensiva de su equipo.

No lo teníamos, pero fue un hallazgo interesante: el estadounidense Jasper Johnson le ha dado a Sporting una solidez que no tenía con el dominicano Eloy Vargas. Johnson es más completo: sale a jugar afuera con frecuencia (situación que obliga a la defensa de Malvín a abrirse) y tiene buena mano para el tiro exterior. Además, carga bien en el juego físico bajo las tablas. En el escaso tiempo de trabajo que tiene con sus nuevos compañeros, Johnson se ha acoplado bien al funcionamiento violeta y es un buen recurso cuando Marcos Cabot, primera arma ofensiva de Sporting, es neutralizado por la defensa rival.

Hablando de Cabot, en esta serie es la pesadilla de Nicolás Mazzarino. Una sombra, un acecho permanente que no permite que el francotirador azul juegue cómodo. Si Mazzarino no encesta, Malvín lo siente en el tanteador. Así y todo, con la superioridad en juego y en números de Sporting, es difícil descartar a Malvín, que tiene buenos jugadores para enfrentar la situación. Eso sí: precisa más funcionamiento colectivo y mejorar la defensa. Ya no tiene margen de error. Hoy debe ganar para seguir con vida en la competencia.

Malvín nunca ha dado vuelta una serie semifinal tras empezar 0-2 abajo. Las dos veces que esto ocurrió, quedó fuera de competencia: en la temporada 2008-2009, también ante Defensor Sporting, terminó perdiendo 3-1, y en 2012-2013, frente a Aguada, también cayó 3-1 en la serie.