En su última actividad antes de abandonar el país, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), Gianni Infantino, se reunió ayer de mañana con el presidente Tabaré Vázquez. El tema central del encuentro fue la propuesta de Uruguay y Argentina de organizar en forma conjunta el Mundial que se realizará en 2030.

En la reunión celebrada en la residencia presidencial de la avenida Joaquín Suárez participaron, además de Vázquez e Infantino, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmar Valdez, Alejandro Balbi, integrante del Comité Ejecutivo de la AUF, el secretario de Deportes, Fernando Cáceres, y su par argentino, el ex futbolista Carlos Javier Mac Allister, quien llegó a Montevideo para representar en el acto al gobierno que encabeza Mauricio Macri.

Tras el encuentro, el presidente Vázquez brindó una conferencia en la que explicó lo hablado con el máximo jerarca de la FIFA. “Hemos planteado oficialmente al presidente de la FIFA la posibilidad de realizar el Mundial de 2030. Esta propuesta es de los dos países hermanos; de sus asociaciones de fútbol y sus gobiernos [...] De aquí en más, habrá que transitar distintas etapas y presentar oficialmente ante la FIFA nuestro planteo binacional. Hemos acordado generar una comisión que trabaje en la organización de este planteo”, afirmó el mandatario.

Luego de la reunión, Infantino se mostró nuevamente prudente, tal como lo había hecho el martes en el Museo del Fútbol, respecto del planteo de las naciones rioplatenses. “Es verdad que hemos hablado de este sueño, de esta idea y de este proyecto del Mundial de 2030, pero está lejos todavía. Antes debemos organizar todo el proceso del Mundial 2026 y asegurar que sea claro y transparente, y luego se hablará de 2030”, dijo. “Hoy en día, organizar un Mundial es algo muy grande y muy importante. Lleva mucho trabajo y tiene muchos requisitos, pero hay mucho tiempo para todo eso”, agregó el dirigente suizo de origen italiano, que además recordó que, de acuerdo con las nuevas normativas vigentes en la FIFA, el presidente de la entidad ya no tendrá derecho al voto en las asignaciones de las sedes de los torneos, sino que esta decisión pasará exclusivamente por el Congreso de la institución.