El lado feo de un juego bonito: explotación en una sede del Mundial de Qatar 2022 se titula el informe presentado por la organización Amnistía Internacional (AI) presentado esta semana, en el que se denuncian las deplorables condiciones en las que se desempeñan las personas que están trabajando en la remodelación del estadio Jalifa de la ciudad de Doha, la capital qatarí, uno de los doce escenarios que serán sede del Mundial que se jugará entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre 2022 en el pequeño estado árabe.

En el informe, elaborado en base al testimonio de 132 trabajadores -todos ellos extranjeros, principalmente procedentes de India, Nepal y Bangladesh- se señala que los obreros debieron pagar en su país para ser contratados, y posteriormente, ya en Qatar, debieron soportar toda clase de abusos, recibiendo sueldos miserables por debajo de lo acordado, viviendo en condiciones paupérrimas, todo al amparo de la denominada kafala, la legislación laboral del país, que se basa en un sistema de patrocinios que da enormes potestades a los empleadores, que en muchos casos se quedan con los pasaportes de sus empleados ni bien ingresan al país, dejándolos en una indefención casi absoluta.

“El abuso contra empleados inmigrantes es una mancha en la conciencia del fútbol mundial. Para jugadores y aficionados, un estadio del Mundial es un lugar para los sueños. Para algunos trabajadores que han hablado con nosotros, es una pesadilla”, dijo durante la presentación del informe el secretario general de AI, el indio Salil Shetty.

Si bien la situación actual con los trabajadores extranjeros en Qatar no es nueva y ya se han hecho numerosos reclamos a las autoridades del país por parte de varias organizaciones, las respuestas concretas han sido escasas. Mientras tanto, la demanda de obreros en Qatar sigue en aumento debido a las monumentales tareas de infraestructura que se están realizando, que incluyen, además, la construcción de estadios, hoteles, centros de prensa, rutas y aeropuertos. Según se estima, 2017 será el punto más intenso de las obras, y por ello se está intentando presionar al gobierno de Qatar para que asegure mejores condiciones de trabajo a los empleados; en ese sentido, la FIFA ha comunicado que urgirá a las autoridades qataríes a tomar las acciones necesarias para realizar las reformas en la legislación laboral que terminen con la realidad actual.

Pero mientras la situación se visibiliza cada vez más, el drama de los trabajadores persiste. De acuerdo a una investigación divulgada por el diario inglés The Independent en 2014, entre 2012 y 2013 el número de obreros fallecidos en Qatar fue de 964, y según un informe elaborado por la Confederación Sindical Internacional, se calcula que para 2022, cuando se celebre el Mundial, cerca de 4.000 trabajadores habrán fallecido en las obras.