La situación era clara. Tras los resultados conocidos, el empate de Plaza Colonia y el triunfo de Peñarol, Nacional no tenía otra opción que ganar para seguir prendido en la lucha por el Clausura. Pero no pudo. Gustavo Munúa salió con una formación mixta entre habituales titulares y habituales suplentes. Eso pesó, sobre todo, porque debió correr de atrás un tiempo. Enfrente tuvo un rival duro, Sud América, que se plantó bien, logró ponerse en ventaja y supo aguantar hasta el final.

Lo primero que le pasó a Nacional fueron los cambios: Erick Cabaco por Diego Polenta (suspendido por acumulación de amarillas), Matías Cabrera por Santiago Romero, Christian Tabó por Kevin Ramírez, Ignacio González por Leandro Barcia y Léo Gamalho por Sebastián Fernández. Sin el ritmo y la intensidad que le imprimen al juego los titulares, Nacional regaló un tiempo sin llegar al arco de Sud América. En esa primera parte los buzones fueron superiores, tuvieron unos cuantos acercamientos al arco de Esteban Conde y lo vulneraron sobre el final del período. Facundo Rodríguez peleó una pelota imposible, la defensa tricolor chocó entre sí, y el punta, tras la tardía salida de Conde, definió y puso el 1-0.

Lo segundo que le pasó a Nacional fueron otros cambios: Seba Fernández y Felipe Carballo ingresaron en el arranque del segundo tiempo por Gamalho y González, respectivamente, y Leandro Barcia por Cabrera, minutos después. ¿La idea? Volver a ser el equipo que profundiza por las bandas. Y la primera se dio así, como la teoría del caos: Alfonso Pacha Espino desbordó por la izquierda y Barcia cayó por la derecha para marcar el empate.

En el medio estuvo Sud América. Los buzones hace rato que son la molestia de los grandes, y en cada torneo logran sacarles puntos. El sábado, con la muy buena actuación de su arquero, Javier Perro Irazún, un mediocampo firme con Maximiliano Arias y Jonathan Barboza frenando el juego tricolor, más el oportunismo de Rodríguez en el ataque, le alcanzó para sacar un empate, pese a que sobre el final Nacional se fue arriba con todo.

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La próxima actividad de Nacional será por la Copa Libertadores. El miércoles los tricolores jugarán en San Pablo el partido de revancha por los octavos de final ante Corinthians. El encuentro comenzará a las 21.45 en el Arena Corinthians, precioso estadio mundialista situado en el barrio de Itaquera, y tendrá el arbitraje del argentino Néstor Pitana.

El mano a mano está 0-0, tras el empate de la semana pasada en el Gran Parque Central. Es verdad que en series de ida y vuelta que se definen por puntos lo mejor es ganar en casa, pero también es cierto que el mejor de los peores resultados es una igualdad sin goles. La llave sigue abierta, y el que gane clasificará. Pero, salvo que se mantenga el 0-0 y se vaya a definición por penales, cualquier empate con goles clasificará a Nacional.

Munúa lo pensó el fin de semana y está claro lo que siente. Sin querer dar ventajas, preservó jugadores en el partido con Sud América con la intención de tener la mejor oncena para el torneo continental. Sin jugadores suspendidos y, seguramente, con Kevin Ramírez recuperado, el equipo que el entrenador ponga desde el arranque el miércoles en tierras paulistas parecería ser el mismo que el que abrió la serie, salvo que haya novedades de último momento.