Es lunes y la brisa queda atrás. Faltan solamente dos fechas para que termine el Campeonato Uruguayo, y lo que empezó como un sueño hoy es una realidad. Plaza Colonia los mira a todos de arriba y depende pura y exclusivamente de sí para coronarse campeón del Clausura.

Atrás, también, quedó aquel octubre de 2014, cuando, en un mar de dudas, el cardonense Eduardo Espinel se hizo cargo de un plantel que venía muy diezmado en la competencia de la Segunda División Profesional tras la salida de la dirección técnica de Gabriel Añón. En ese momento el portal Coloniaya aseguró que el arribo del nuevo entrenador sería hasta fin de año y que luego se evaluaría su continuidad. “Quiero seguir con el proyecto y darles prioridad a los gurises que vienen trabajando desde las inferiores, tratando de ver a quién se puede llevar para arriba y aprovechar la actual base para aspirar a lo máximo que podamos, dentro de la línea del equipo”, aseguró Espinel en aquel momento.

Esa misma idea hoy tiene a los colonienses salvados del descenso (su primer objetivo en su ascenso a Primera), en un puesto firme de clasificación a copas internacionales, y liderando el Clausura.

Plaza tiene la pasta del campeón. Del equipo con nombres desconocidos a jugadores que se hacen famosísimos, de un arquero clave, de dos defensas que son una topadora, de una mitad de cancha batalladora, de dos volantes rapidísimos y de un goleador nato. Todo ese esquema hace que los patas blancas, aun sin ser los mejores en el campo, logren resultados positivos.

El querer ganar, el trabajar para ello, fue suficiente para que el argentino Germán Rivero, el gran goleador del equipo coloniense, abriera el marcador en apenas diez minutos de juego el sábado en el Suppici. El golazo, por el gesto técnico de cabeza y la definición, lo metió el delantero, es cierto, pero en gran parte se debió al zaguero Carlos Rodríguez, que metió un precioso pase entre líneas.

Ese gol en contra fue lapidario para Racing y el cervecero se fue con todo a buscar el empate. Con la batuta del debut de Ney Morales, los de Sayago se mostraron un poco más firmes en algunas de sus líneas y más precisos en los pases. El empate no demoró y fue obra del juvenil Gastón Alvite, que la estampó contra el palo con una preciosa volea. Apenas unos minutos pasaron para que el zaguero José Aja, tras recibir otro cabezazo en el área, pusiese el 2-1 por la misma vía.

Pero el local tuvo en la garra, en el apoyo de su gente, la autoestima altísima para ir a buscar el partido. Fue Alejandro Villoldo el que puso el 2-2 en ese último tiro de esquina del primer tiempo, pero fue todo Plaza Colonia el que lo acompañó.

En el complemento el local se acomodó mejor pero no pudo inquietar sobre el arco de Jorge Contreras. Racing, más bien de contra, se paró firme en el mediocampo e intentó cortar las rápidas embestidas colonienses. Algo le salió. Fue empate, y el punto le viene bien a Plaza Colonia para seguir siendo el mejor.

Se viene lo más lindo y por ahora los mira a todos desde arriba.