Las autoridades del centro educativo desconfiaron de la llamada anónima: “Si quieren tirar abajo el liceo no necesitan una bomba, con un poco de habilidad alcanza”

La Armada uruguaya desplegó un contingente de 120 efectivos en la frontera con Brasil, como parte de su operativo de vigilancia antiterrorista implementado de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. “Hasta ahora nos habíamos resistido a enviar tropas, porque si estando en el Puerto de Montevideo hay fraudes gigantescos por compras irregulares, imagínese lo que puede ocurrir en la frontera con Brasil. Pero bueno, esto de la lucha antiterrorista se ha vuelto una causa nacional, así que no tuvimos más remedio que mandar gente”, reconoció un alto oficial de la fuerza.

Pero la estrategia del gobierno para combatir el terrorismo sufrió ayer un duro revés: el liceo 38 de Montevideo recibió una amenaza de bomba que obligó a suspender las clases, en un día en el que estaban agendados varios escritos. Un vocero de las Fuerzas Armadas explicó que las autoridades del centro educativo se comunicaron para denunciar el hecho, pero no se pudo enviar un grupo de expertos “porque están todos en la frontera con Brasil, ocupados con amenazas tan irreales como la del liceo 38, pero que por lo menos llenan el ojo a la hora de justificar el presupuesto”. Es que la amenaza finalmente resultó ser falsa, y la supuesta bomba era un artefacto armado con piezas de juguetes. “Y bueno, por lo menos los muchachos van aprendiendo un oficio. Seamos realistas: este asunto de las bombas los motiva mucho más que los clásicos del Siglo de Oro español”, opinó un profesor.

De todas maneras, desde la dirección del centro educativo explicaron que aún se está “en alerta roja”, porque existe el riesgo “de que alguien patee una pared y el edificio se derrumbe, tal como hubiera ocurrido con una bomba”. De hecho, este fue el motivo por el que la amenaza no fue tomada demasiado en serio. “Si quieren tirar abajo el liceo no necesitan una bomba, con un poco de habilidad alcanza. Sólo es cuestión de saber en qué grieta de la pared hay que pegar”.