La vuelta de dos equipos populares y con mucha hinchada a la Primera División era un buen motivo para festejar. Aunque la tarde no era la mejor -no llovía, pero el frío se hacía sentir en la cancha de Villa Española-, fue disfrutable este partido inicial del torneo.

Con la tarde amenazante y la postergación del primer día de competición a cuestas, Villa Española y Rampla Juniors se presentaron en un campo de juego espectacular, que no sufrió para nada las consecuencias del mal tiempo. La primera parte, en la que no hubo goles, fue de ida y vuelta, a pesar de que los locatarios del Casita Jorge Casanova insinuaron un poco más. La posibilidad más clara de gol fue de Santiago González, que con un preciso tiro libre estrelló la bola en el travesaño del arco local, defendido por Carlos Techera. En esa jugada podría haber estado la apertura del score, pero se hizo esperar hasta el segundo tiempo. Villa Española había avisado por intermedio de Diego Casas, quien remató afuera pero muy cerca del palo derecho del arquero Rodrigo Odriozola. El equipo local intentó con subidas de Martín Correa, sumadas a la capacidad de aliento permanente y las ganas del capitán Ignacio Avilés, que cuando se asociaba con Anderson Silva generaba inquietudes en la zaga verdirroja; en el fondo, Martín Rodríguez era solvente y en la segunda etapa sería protagonista.

Bigote para arriba

En la segunda etapa llegaron los goles y los festejos de los hinchas. Empezaron como una tromba. El que pegó primero fue Rampla, que hilvanó una buena jugada por la derecha, con una trepada de Cristian Olivera.

El pelilargo, de buen partido, mandó un buen centro hacia el medio del área y encontró la punta del zapato derecho de Kevin Gissi, el delantero suizo naturalizado argentino, que mide 1,90 y con ese remate marcó el primer gol del partido y del Campeonato Uruguayo Especial, a los 3 minutos del segundo tiempo.

Un rato después, apareció Martín Rodríguez, que subió por la derecha, se encontró en el área grande tras una buena combinación en ataque y definió de manera exquisita: se la picó a Rodrigo Odriozola, que salió a achicar pero no logró neutralizar al Indio, que metió un gol e hizo que una montaña humana se le acercara para festejar. ¿Festejar? Ni tiempo le dieron a Villa Española, porque dos minutos después del empate aparecería Santiago González para poner el segundo gol, que terminaría dándoles el triunfo a los del Cerro. Con el 2-1 favorable, los presididos por Juan Castillo manejaron las alternativas del match. Además, Rampla pasó a jugar con un futbolista más, porque Martín Rodríguez vio la roja directa.

Con la desventaja, Casanova mandó un poco más arriba el equipo en busca del empate, y apiló delanteros que no lograron mandarla adentro. Fue un buen comienzo para los picapiedras, que con mucho sufrimiento ascendieron en la pasada temporada y ahora comenzaron una nueva historia en Primera División.