El plantel de Nacional comenzará hoy la semana de trabajo que desembocará en el partido sabatino con Wanderers en el Parque Viera, con la tranquilidad que en el fútbol sólo pueden dar la victorias. El 1-0 con el que el equipo de Martín Lasarte resolvió el partido alejó un poco las nubes que habían comenzado a aparecer tras el errático arranque tricolor en el torneo, en el que sólo había sumado 3 puntos sobre 9 posibles.

El sábado en el Centenario, un precioso tiro libre de Martín Ligüera cuando faltaban 12 minutos para el final abrió un partido en el que Nacional había hecho méritos de sobra para ir ganando, aunque sin poder plasmar esa superioridad en la red adversaria. Luego de un primer tiempo en el que había sido superior pero no lo suficientemente agresivo en el ataque, en la segunda parte los tricolores cercaron a Fénix y finalmente lograron quebrar la durísima resistencia defensiva de los dirigidos por Rosario Martínez. Para esto fue clave el aporte de Ligüera, que además de anotar el gol fue el articulador del juego ofensivo tricolor, muy bien acompañado por Brian Lozano y, sobre todo, por Tabaré Viudez, que ingresó a los 15 minutos del segundo tiempo para reemplazar al inocuo Kevin Ramírez. Una falta de Ignacio Pallas sobre Viudez en la medialuna fue el paso previo al decisivo golpe de magia de Ligüera.

Antes Nacional había intentado por todos lados; sobre la base del juego ordenado de Diego Arismendi y Santiago Romero, los de Lasarte dominaron cancha y pelota durante todo el partido, pero el embudo defensivo de Fénix complicó mucho la tarea de Hugo Silveira, el único delantero neto de Nacional, que luchó mucho pero se desgastó y terminó siendo reemplazado por el siempre efectivo Sebastián Fernández. Jorge Fucile, que jugó buena parte del encuentro por la izquierda, con el perfil cambiado, subió muchísimo por su banda, pero fueron pocas las veces en que pudo culminar bien sus embates ofensivos. Algo similar pasó con el colombiano Sergio Otálvaro, de aceptable estreno en el lateral derecho, luego reemplazado por Alfonso Espino.

Fénix hizo lo suyo, y bien, durante casi 80 minutos. Defendió duro, pero tuvo una anemia ofensiva inquietante. En realidad, esto último era previsible hasta cierto punto, porque sin los ausentes Fabián Estoyanoff y Lucas Cavallini, el poderío de los de Rosario Martínez se vio fuertemente disminuido, sobre todo si se tiene en cuenta que ya no tiene en el plantel al panameño Cecilio Waterman, al veloz Maximiliano Pérez ni al floridense Ligüera, quien para colmo fue su victimario en la noche sabatina. Los de Capurro llegaron al Centenario solamente con un plan A, y el gol tricolor sepultó por completo sus posibilidades de llevarse aunque sea un punto.

Nacional precisaba la victoria como el agua y la obtuvo. Este resultado le vendrá bien a Lasarte para seguir dándole forma a un equipo que todavía no tiene una formación definida, aunque la oncena que terminó jugando el sábado bien podría ser la que comience el sábado ante Wanderers. Los sucesivos días de entrenamiento en Los Céspedes irán develando la incógnita.