Si bien el tema viene desde finales del año pasado, la noticia se conoció el sábado, tras la publicación de una carta en el portal Montevideo Portal: integrantes del plantel de fútbol femenino de mayores de Nacional acusaron a su entrenador, Ignacio Chitnisky, de violencia de género, abuso de poder -en ambos casos de forma reiterada- y de poca profesionalidad para desempeñar la función de director técnico. La directiva del club, por su parte, se reunirá hoy para tratar el tema, al que considera “muy delicado”.
Mariana Buidid, Adriana Castillo, Valeria Colman, Nicole Ernaut, Naiara Ferrari, Luciana Fleitas, Camila Forestiero, Martina González, Fernanda Iglesias, Jessica Kirchnitz, Fernanda Landaco, Lucía Meyer, Carla Olivera, Natalie Rosado, Keisy Silveira, Federica Silvera, Romina y Sabrina Soravilla, Ximena Velazco y Paz Vila son quienes firmaron la carta. En ella, dirigida al presidente de Nacional, José Luis Rodríguez, exponen, en tres puntos redactados en forma clara y concreta, las diversas situaciones vividas en el último tiempo.
En el punto 2 de la misiva se detallan varias situaciones que, a entender de las firmantes, “han erosionado las relaciones entre las jugadoras generando dificultades para concebir lo colectivo”. Lo más grave aparece en el apartado 3: “Otra actitud dañosa ha sido su burla, junto con parte del cuerpo técnico, del aspecto físico de las jugadoras, incurriendo a criterio de las comparecientes, en conductas encuadradas dentro de la definición de violencia de género”. Además, atribuyen al entrenador malos tratos directos e indirectos, incluso hablándoles personalmente en malos términos sobre sus propias compañeras.
Abuso de poder y falta de compromiso profesional son otros de los aspectos denunciados. Con una clara visión del colectivo, las jugadoras responsables de la carta critican los manejos de su director técnico, que en muchos casos “se vinculan con el favorecer a algunas en detrimento de las otras y en otros, limitando severamente la carrera deportiva de algunas jugadoras”. Se denuncian cosas delicadas: que Chitnisky cobró 20.000 pesos a una jugadora para darle el pase desde Nacional a otro equipo, que ofreció dinero a determinadas jugadoras para la próxima temporada -pero quitándoles el viático a otras que ya están en el club-, que no dio pases a jugadoras que quisieron dar un paso al costado a mitad de año para irse a otro cuadro, dejándolas sin posibilidad de jugar hasta este año.
El juego sucio también está presente en la carta. Las jugadoras sostienen que su entrenador las incitó en reiteradas ocasiones a golpear a sus contrincantes “como si fueran cosas”, al punto de que “ofreció 100 dólares por quebrar a una jugadora rival. Él le restó importancia a este hecho cuando se lo planteamos delante de la presidenta diciendo que fue una broma. Pero él constantemente hacía apuestas con las jugadoras en las prácticas y partidos”, dice la carta.
Luego de plantear la situación en cuatro largos puntos, las jugadoras exponen su intención de no abandonar el club -“para muchas el club del cual somos hinchas, para otras, el club donde saben que pueden crecer futbolísticamente, donde están sus amigas, sus compañeras, donde ya hace años convivimos juntas en la definición”-, pero que de continuar Chitnisky al frente del equipo lo harán. Según fuentes de la diaria, de suceder esto se irían en bloque a otro equipo.