De las 60 veleristas que pueden participar en la primera etapa de la Copa del Mundo en la categoría láser radial, solamente una es la actual campeona mundial juvenil: Dolores Moreira, la uruguaya que conquistó ese título en diciembre y que volverá a medirse con las más grandes, las adultas, pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio.

En compañía de su entrenador, el ex velerista olímpico Luis Chiaparro, Lola subió al avión ayer, en el aeropuerto de Carrasco, pronta para vivir nuevas emociones y en busca de buenos resultados para el comienzo de este año. Su primer destino es Miami. “Este año es de diagnóstico, para medirnos y ver en qué tenemos que trabajar. Todas las competencias son para seguir ganando experiencia y seguir mejorando para el objetivo a largo plazo, que es Tokio 2020”, comentó la sanducera a la diaria antes de su partida. Su meta ya está fijada en la próxima cita olímpica, pese a que faltan tres años y medio para el evento. “Este es el primer año del ciclo olímpico. El año que viene tenemos el primer selectivo para los Juegos Olímpicos”, reveló. Eso indica que cada paso rumbo a esa primera instancia clasificatoria es muy importante para abordar la difícil tarea de clasificarse para Tokio con dos años de anticipación.

La World Cup Series de la Federación Internacional de Vela (ISAF, por su sigla en inglés) sufrió esta temporada una modificación en su formato. No sólo se reducirá la cantidad de etapas dentro del circuito, sino que además se dejará de disputar la temporada en un año calendario: se pasará a competir entre octubre y julio. Por esa razón, 2017 se abre con una temporada corta en el mundo de la náutica, de solamente tres etapas entre enero y junio. En primer lugar, Miami, Estados Unidos (22 al 29 de enero); luego, Hyeres, Francia (25 de abril al 1º de mayo); por último, la final en Santander, España (4 al 11 de junio). Las dos primeras etapas tendrán un cupo máximo de 60 participantes, mientras que la final en España solamente tendrá lugar para 25 navegantes en la categoría de Lola. Entre esas 25, ya están clasificadas las tres medallistas olímpicas y se clasificarán las ganadoras de cada una de las dos instancias en Estados Unidos y Francia. Los restantes 20 cupos se definen por las siguientes 20 mejores clasificadas en esas dos etapas. Cada competencia cuenta con diez regatas y una medal race adicional para los barcos mejor clasificados. Cada competidora sumará la cantidad de puntos correspondientes a su posición final en las dos etapas. Las que menos puntos acumulen luego del torneo en Francia ocuparán su lugar entre las 25 que competirán en la final.

Pese a que es una competencia de alto prestigio y en la que hay mucho en juego, Moreira no se mostró preocupada. “Se trata de intentar ganar experiencia, como siempre; de aprender, disfrutar y ver en qué tengo que trabajar. De ver cómo nos encontramos con las otras chicas, cuáles son mis fuertes, y si mejoré entrenando con mucho viento”, explicó. Especializada en vientos de intensidad baja y media, la medallista panamericana ha buscado recientemente mejorar su rendimiento en condiciones de vientos intensos. Es más difícil lograrlo debido a la desventaja física con respecto a otras competidoras más altas y corpulentas, y también por su corta edad (cumplirá 18 años el 16 de febrero). Pero el trabajo técnico y la preparación física le permiten apostar a subsanar esa desventaja.

Lola volverá a ver muchas caras conocidas, con las que compitió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Desde agosto no ha vuelto al agua a medirse contra ellas; por eso, volver a hacerlo resulta una buena posibilidad para diagnosticar su nivel actual. “En esta competencia estaría buenísimo meterme entre las 20 primeras. El año pasado [en Miami] quedé 23ª; estaría buenísimo mejorar ese puesto y quedar ahí”. Además, la competencia cuenta con un condimento especial que Lola reveló: “Está volviendo a navegar una chica de Estados Unidos [Anna Tunnicliffe] que ganó la medalla de oro en Beijing 2008, y luego se dedicó al crossfit. Ella fue una de mis ídolas, y poder navegar con ella está buenísimo. Voy a cumplir un sueño”.

Otro desafío interesante para el futuro cercano es la competencia en Tokio, próxima sede olímpica, que Lola todavía no conoce. La capital de Japón albergará este año y en las próximas tres temporadas la primera etapa de la Copa del Mundo. En octubre, si todo sale de acuerdo a lo proyectado, la uruguaya podrá navegar por primera vez en aguas niponas. Como ella misma se encargó de aclarar, habrá muchos entrenamientos y muchas competencias, pero el objetivo es uno: llegar a Tokio 2020 como una velerista ya consolidada en su categoría. Por entonces, Lola habrá dejado atrás las competencias juveniles, en las que este año defenderá su título mundial, y tendrá la acumulación de varios años de experiencia que la ayuden a pelear entre las mejores del mundo.