Volvió Roger Federer. Nunca se fue, porque el mejor tenista de la historia no se ha retirado, pero volvió al primer plano. Tras derrotar a su compatriota Stan Wawrinka 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3 en poco más de tres horas, el suizo se metió en la final de Australia, partido que será contra el que haya ganado en la pasada madrugada entre el español Rafael Nadal y el búlgaro Grigor Dimitrov.
En la rama femenina la final será entre las hermanas Williams. En la madrugada de sábado, Venus y Serena disputarán la novena final entre ambas por Grand Slam, 14 años después de la última vez que lo hicieron en el Abierto de Australia, donde Serena se llevó el título. La más chica de las Williams va por más: de ganar la final mañana volverá a ocupar el número 1 del ranking de la ATP, quedará en el segundo lugar de la historia de máximos logros en Australia, con siete títulos (11 tiene la histórica Margaret Court), y llegará a 23 (¡23!) títulos de Grand Slam, con los que pasará a la alemana Steffi Graf en el segundo puesto de campeonas y quedará a uno de la propia Court. Ver para creer. Serena se puede transformar este año en la tenista más ganadora de la historia. Venus, retadora esta vez, va por su primera coronación en el grande australiano.