Un escenario inusual fue el marco de un hecho usual: Barcelona goleó 3-0 a Las Palmas y mantuvo su marcha perfecta en la Liga Española, que lo tiene como único líder luego de las primeras siete fechas de la competencia, cinco puntos por encima de su más cercano perseguidor que es Sevilla.

Pero más que por lo que pasó en la cancha, este partido seguramente quedará en la historia y se recordará largamente por todos los hechos que lo precedieron y por lo que generó en la interna del Barça, una de las instituciones más representativas del nacionalismo catalán.

Los dos goles del argentino Lionel Messi y el restante logrado por Sergio Busquets fueron celebrados en las tribunas por apenas unos cientos de dirigentes y allegados al club, los únicos que pudieron acceder ayer al Camp Nou, que lució inesperadamente vacío por una decisión tomada pocas horas antes del comienzo del partido. Los jugadores de Barcelona, entre ellos Luis Suárez, salieron a la cancha luciendo la camiseta de la senyera, pero su saludo no tuvo como respuesta el clamor de la hinchada.

La violencia con la que comenzó la jornada del referéndum catalán llevó a que la dirigencia barcelonista solicitara la postergación del partido ante Las Palmas, propuesta que chocó con una rotunda negativa de la Liga de Fútbol Profesional. Ante esto, los culés debieron decidir: o no se presentaban a jugar, exponiéndose así a duras sanciones deportivas y económicas, o lo hacían pero a puertas cerradas, evitando eventuales problemas con la multitud sensibilizada que iba a llenar las tribunas del Camp Nou. Esta última fue la decisión que tomó la directiva que encabeza el presidente Josep Maria Bartomeu. “Jugamos con el estadio vacío para que el mundo vea cómo estamos sufriendo”, expresó Bartomeu tras el partido.

Internamente la opción tomada por la mayoría generó la renuncia de tres directivos del club, entre ellos uno de los vicepresidentes, Carles Villarubí. Ellos expresaron así su descontento, ya que según su criterio Barcelona no debió jugar el partido, más allá de las consecuencias que ello tuviera. Muchos también interpretan que la decisión fue tomada sin considerar a la multitud que estaba en los alrededores del estadio y que tuvo que pegar la vuelta sin poder ver el partido, ni que tampoco pudo expresarse en las tribunas en un día tan particular para Cataluña. Tras la victoria de Barcelona, uno de los testimonios más esperados en los pasillos del Camp Nou era el del zaguero Gerard Piqué, conspicuo militante de la causa catalana. Con los ojos llorosos, el zaguero habló largos minutos con los medios. “Fue muy difícil jugar después de lo que ha sucedido. Ha sido un día muy duro, en el que familias, niños y abuelos han querido ir a votar y la Policía Nacional y la Guardia Civil... las imágenes hablan por sí solas. Los actos de hoy los ha visto todo el mundo y creo que habrá consecuencias”, afirmó Piqué. “Puedo entender perfectamente que haya socios del Barça que no entiendan que hayamos jugado. No creo que el lema ‘Més que un club’ caiga por esta decisión, pero entiendo que haya mucha gente que tuviera la opinión de que el Barça no debía jugar”, agregó el zaguero, quien además criticó al presidente Mariano Rajoy al afirmar que “estamos ante un país que tiene un presidente de gobierno y un partido [PP] que utiliza todos sus medios afines para mentir”. El jugador también puso a consideración su permanencia en la selección española. “Creo que sí puedo ir a la selección porque lo marca mi pasaporte y mi DNI y mientras mi rendimiento sea el máximo y me deje la piel, como ha sido siempre [...] Pero si el míster [Julen Lopetegui] o la Junta [de la Real Federación Española de Fútbol] creen que soy un problema, no tengo ningún problema en dar un paso al lado y dejar la selección antes de 2018”.

Una

Pocas horas después del partido en el Camp Nou, la 7ª fecha de la Liga Española se cerró con el partido que jugaron Real Madrid y Espanyol en el estadio Santiago Bernabéu, más que nunca rebosante de banderas españolas, marcando su postura clara e inequívoca respecto a la jornada en Cataluña.

Los merengues se impusieron 2-0 sobre el equipo albiazul, también barcelonés y catalán, pero al contrario de su rival citadino, heredero de una tradición básicamente apolítica que incluso le valió críticas por parte de algunos de sus asociados en las últimas semanas.

El volante ofensivo Isco marcó los goles del Madrid en dos ocasiones, a los 30 y 71 minutos, pero la mayor ovación en el feudo blanco se dio a los 12 minutos de juego, cuando la mayoría de los presentes elevaron unas cartulinas que les habían entregado antes del partido al grito de “Viva España”. La elección del minuto 12 se había realizado a través de las redes sociales haciendo referencia a que el público es el jugador número 12, pero también en alusión al 12 como fecha de la fiesta nacional en octubre.

La imagen de las tribunas del Bernabéu repleta de banderas españolas contrastando con la del Camp Nou vacío sintetizó notablemente lo que fue el día de ayer para unos y otros. Precisamente estas dos imágenes fueron utilizadas en un tuit publicado en la cuenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid acompañadas del texto “Dos modelos para un país”, que, como era de esperar, motivó rápidas y airadas respuestas.