Si bien varias declaraciones públicas y comentarios off the record de funcionarios gubernamentales parecerían indicar que las negociaciones entre el gobierno y la empresa UPM para la instalación de una segunda planta de celulosa están estancadas, el presidente Tabaré Vázquez mantiene su postura de que la firma de un acuerdo es inminente. Según algunos allegados, el mandatario se habría “abandonado a la lectura de libros de autoayuda sobre la importancia del pensamiento positivo”, algo que explicaría por qué es tan optimista con respecto a este tema y a otros similares, como la aparición de petróleo en la plataforma continental uruguaya. Las negociaciones por la instalación de la pastera generaron tensiones en la interna del gobierno que provocaron la salida del director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, Andrés Masoller, para quien se estaba cediendo demasiado ante las demandas de la empresa. Esto provocó críticas por parte de la oposición, y varios legisladores blancos y colorados se mostraron preocupados por las concesiones que está haciendo el gobierno. Pero algunos de ellos salieron a aclarar ayer la naturaleza de sus preocupaciones. “Se están haciendo una serie de concesiones indignas, pero todavía no es suficiente. No alcanza con que no paguen impuestos y se les compre la electricidad que sobra. Habría que darles además ciertas garantías de que por más que contaminen no van a tener problemas y cosas por el estilo”, aseguró el senador nacionalista Jorge Gandini. Su par colorado José Amorín Batlle consideró, por su parte, que “en un mundo altamente competitivo como el que habitamos, en donde los capitales se mueven con una libertad cada vez mayor, no alcanza con darle a una empresa todo lo que pida. Hay que darle más que eso todavía”. Ambos legisladores consideraron que los funcionarios del gobierno deberían estar dispuestos inclusive a brindar favores sexuales a los ejecutivos de UPM. “A veces gobernar requiere sacrificarse”, opinó Gandini.