“Hubo un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”, dijo ayer en conferencia de prensa el portavoz de la Armada de Argentina, el capitán de navío Enrique Balbi. La Armada aclaró que se trató de una implosión que ocurrió a unos metros de donde fue ubicado por última vez el submarino ARA San Juan, a 432 kilómetros de la costa, a la altura de la ciudad de Comodoro Rivadavia, y tres horas después de que se perdiera contacto con sus ocupantes, el miércoles 15.

Balbi dijo que la implosión fue confirmada por dos fuentes que recopilaron y analizaron información. La primera fuente es un grupo de expertos estadounidenses que el miércoles 22 informaron del hecho oficialmente a la Armada. Ese día, Balbi manifestó que había un “indicio” de una “anomalía hidroacústica” detectada “cerca de la última posición conocida” del submarino. La segunda fuente es la Organización para la Prohibición de Pruebas Nucleares, que con el objetivo de detectar este tipo de ensayos tiene desplegadas estaciones hidroacústicas que detectaron “un evento impulsivo subacuático”. Esta confirmación llegó ayer a Argentina y unas horas después la Armada reunió a los familiares de los 44 tripulantes para darles la noticia. Los familiares reaccionaron con dolor y rabia, y no permitieron que Balbi terminara de hablar en ese encuentro privado, previo a la conferencia de prensa.

Una vez fuera de la reunión, algunos de los familiares se dirigieron a los medios de comunicación. “Yo me siento engañada, ¿cómo van a saberlo recién ahora? Son unos perversos y nos manipularon”, dijo Itatí Leguizamón, esposa de uno de los tripulantes. “No nos dijeron que están muertos, pero el submarino está a 3.000 metros [de profundidad], ¿qué se puede entender?”, se preguntó. “Se hizo una búsqueda para quedar bien, porque mandaron una mierda a navegar”, agregó. Las palabras de Leguizamón son similares a las que dijeron otros familiares, indignados, durante y después de la reunión con Balbi y la conferencia. “Mataron a mi hermano porque los sacan a navegar con alambre”, gritó un hombre que se retiraba del lugar. Eran varias las expresiones que hacían referencia a la falta de mantenimiento de la flota de la Armada, algo por lo cual se ha responsabilizado tanto a la ex presidenta Cristina Fernández como al actual gobernante, Mauricio Macri, que redujo el presupuesto destinado a mantenimiento, y a la propia Armada, que en los últimos años nunca ejecutó 100% de las partidas que tenían este destino.

Balbi informó que la zona se sigue patrullando para encontrar el submarino, que al estar bajo el agua implotó, o sea que no quedó desperdigado en varios pedazos. El portavoz agregó que si se encuentra el aparato habrá más elementos para saber a qué se debió la explosión, algo que todavía se desconoce aunque se manejan varias teorías; entre ellas, que haya ocurrido un cortocircuito en el sistema de baterías. Antes de que se perdiera la comunicación, tripulantes del submarino reportaron una falla eléctrica y luego informaron que la habían arreglado, por lo que se les ordenó seguir con el rumbo que tenían marcado, de Ushuaia a Mar del Plata.