En su campeonato partido a partido, el equipo de Martín Lasarte está firme, fuerte, y sigue tratando de recuperar la posibilidad de definir el Campeonato Uruguayo haciendo lo que tiene que hacer: aprovechar los tres puntos que tiene en juego en cada partido. Anoche lo hizo con un gran primer tiempo –Tabaré Viudez es determinante cuando logra conectarse con el partido– pero en la segunda parte sufrió más de lo que parecía que iba a pasar.

Lluvia de juego

El partido jugado anoche en el estadio Centenario empezó con muchísima dinámica. Estimulante. Sobre todo por parte de Cerro, que en diez minutos, bajo una cortina de agua, hizo ir a Esteban Conde de un lado para el otro, con un par de atajadas fundamentales.

Pero a los 10, hubo una trepada vertical iniciada por Diego Polenta, con estación en el traslado vertiginoso de Tabaré Viudez y su habilitación para Rodrigo Aguirre, que entró desde la derecha y abrió su pierna izquierda para colgar la pelota en las redes del arquero cerrense Yonatan Irrazábal.

No tenía que ver con el partido que estábamos mirando, pero sí era parte del juego que estábamos disfrutando, con acciones rápidas y más precisas que lo que las condiciones del tiempo podía hacernos esperar.

La condición de partidazo estuvo bordeando el primer tiempo del Centenario, fundamentalmente porque consiguió combinaciones a velocidad que pocas veces se habían logrado en este campeonato. Viudez en mode on es un futbolista admirable, y generó una permanente sensación de peligro cada vez que el juego pasaba por él.

El segundo gol tricolor llegó gracias a Sebastián Fernández de penal, tras una infracción a Alexis Rolín a la salida de un córner.

El 2-0 fue la consecuencia de un juego excelso de Nacional de media hora de Diego Arismendi para adelante, que tapó los diez minutos iniciales de Cerro que en el arranque había desbordado a los tricolores.

Cayó piedra

En la segunda parte, la dinámica del juego modificó el resultado y las expectativas: primero, un clarísimo penal de Alejandro Villoldo a Polenta no fue sancionado y terminó con amarilla para el zaguero de Nacional, mientras que en la otra área una caída de Maureen Franco fue sancionada con penal para los cerrenses –no le hizo falta Agustín Rogel, que había entrado en la primera etapa por el lesionado Rolín–, y el goleador duraznense puso el 1-2 para el equipo del Cerro. El tercero de Nacional se anunció un par de veces, pero Cerro, a un solo gol de distancia y con su latencia de buen juego en ataque, colocó el partido en la condición de thriller deportivo. Se puso bueno; menos lindo pero más emocionante.

Con Viudez en pausa, pero el resto de los jugadores de ofensiva pistoneando, los tricolores se siguieron arrimando al arco de Irrazábal, que metió un par de manos impresionantes, pero Cerro seguía siendo el tábano en las convicciones de Lasarte. A los tricolores se les había complicado el partido, y de disfrutarlo pasaron a sufrirlo.

Después de un par de oportunidades increíblemente desperdiciadas por los tricolores, Seba Fernández, anticipando en palomita en un tiro de esquina, puso el 3-1 para los albos.

Fue la resolución final de un partido que un rato antes parecía resuelto, y les permitió a los tricolores estar atentos hoy a los partidos de los otros. Sus deberes ya los hizo por esta semana.