En la recta final de su primera gira por Asia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, selló alianzas y abogó por relaciones comerciales bilaterales más “justas”, se comprometió a derrotar al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y abordó con otros líderes la “amenaza” que, a su entender, representa el programa nuclear de Corea del Norte. En el medio, generó polémica después de reunirse en Vietnam con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Después de visitar Japón, Corea del Sur y China, Trump viajó al sudeste asiático para realizar las dos últimas paradas de la gira.

El viernes, el mandatario estadounidense aterrizó en Vietnam, donde participó en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que se desarrolló en la ciudad de Danang. Allí, apostó por acuerdos bilaterales “justos y recíprocos” y criticó el multilateralismo del que Estados Unidos ha sido “víctima”, por seguir unas normas que otros países “incumplieron”. A modo de ejemplo, aseguró que mientras que su país abrió su economía para permitir la entrada de bienes extranjeros, otros no lo hicieron.

Concretamente sobre Vietnam, el presidente dijo el sábado que la economía del país asiático es “uno de los grandes milagros del mundo” y halagó su “impresionante” transformación desde la guerra que enfrentó a ambos países, hace más de cuatro décadas. El mismo día, más tarde, se reunió en Hanoi con el presidente de Vietnam, Trang Dai Quang. En una conferencia conjunta que brindaron tras el encuentro, el mandatario estadounidense anunció que el gobierno vietnamita se comprometió a eliminar las barreras comerciales a los productos agrícolas estadounidenses, aunque no precisó cuándo.

Fue también en Vietnam, en el marco de la cumbre del APEC, que Trump mantuvo un breve encuentro con Putin, en el que intercambiaron estrategias para combatir a EI en Siria. Los mandatarios aseguraron después de la reunión, en un comunicado, que los dos gobiernos coinciden en que “el conflicto en Siria no tiene solución militar” y que “el arreglo político definitivo al conflicto debe ser hallado en el marco del proceso de Ginebra, de conformidad con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad” de la Organización de las Naciones Unidas.

Lo que no dice el documento es que también dialogaron sobre la injerencia de Rusia en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, conocida como “trama rusa”. Trump se encargó de sacar el tema después de la reunión, en declaraciones a periodistas desde el avión que lo trasladó de Danang a Hanoi, al asegurar que Putin negó “con mucha fuerza y vehemencia” cualquier interferencia del Kremlin en el proceso electoral. “Siempre que me ve dice que no lo hizo, y de verdad que le creo cuando lo dice. Lo dice en serio. Creo que se siente muy insultado por esto, y eso no es bueno para nuestro país”, comentó.

Sus declaraciones causaron tanto malestar, que el propio director de la CIA, Mike Pompeo, difundió un comunicado para reiterar que el presidente sigue respaldando el informe de las agencias de inteligencia presentado en enero, que confirma que Moscú trató de interferir en las presidenciales. Consciente del revuelo generado, Trump intentó suavizar sus dichos durante la conferencia con el presidente vietnamita. “Lo que dije es que creía que Putin cree que ni él ni Rusia interfirieron en las elecciones”, precisó, antes de agregar: “Sobre si yo le creo o no, yo creo en la información de nuestras agencias”.

El presidente estadounidense se encuentra desde anoche en Filipinas, que lo recibió con protestas callejeras convocadas por grupos de izquierda. Lo primero que hará en este país será participar hoy en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. La Casa Blanca adelantó que los temas centrales del evento serán, de igual manera, el programa armamentístico de Corea del Norte y el combate a EI.

Luego, Trump mantuvo un esperado encuentro con el presidente filipino, Rodrigo Duterte. La semana pasada, la organización Amnistía Internacional y una comisión de la Cámara de Representantes estadounidense pidieron a Trump que aproveche la reunión para exigirle a Duterte que ponga fin a los abusos cometidos en su controvertida “guerra contra las drogas”, que en menos de un año y medio ha dejado más de 6.000 muertos, según datos oficiales.

Sin embargo, las agencias informaron que eso no sucedió, ya que la breve reunión entre ambos mandatarios se centró en cuestiones de comercio. En mayo, Trump había elogiado la “eficacia” de esa campaña en una conversación telefónica que tuvo con su par filipino.