Subrayado informó ayer que las pericias caligráficas que se hicieron en el marco de la acusación contra la abogada y senadora del Partido Comunista (PCU) Michelle Suárez confirmaron que falsificó por lo menos una firma. Un dirigente del PCU aseguró: “Esto nos pasa por meternos en cosas raras. Yo les dije a los compañeros que no estaba bien eso de seguir siendo homófobos, pero tampoco había que irse para el otro lado. Además, los trans, las lesbianas, las feministas y toda esa gente pueden entrar al Frente Amplio integrándose a Casa Grande. ¿Qué necesidad hay de andar mezclando las cosas? Que ellos se dediquen al porro y la homosexualidad, y nosotros seguimos con los frigoríficos y la industria pesada”. Suárez había falsificado las firmas de su socia y uno de sus representados en un caso de disputa por la tenencia de un menor. La ahora ex senadora representaba a la madre y el padre, y presentó un escrito con firmas apócrifas en el que este último cedía la tenencia. Un integrante de un colectivo de defensa de los derechos LGTB opinó: “No podemos relacionar este hecho con la comunidad LGTB. Porque con esto Michelle Suárez no sólo les dio argumentos a los homófobos, sino también a los anticomunistas, a los padres que se quejan de que la Justicia no les deja ver a los hijos, a los que discriminan a los obesos y a los fachos enemigos de la democracia. Esto es algo mucho más grande que un golpe a la imagen de nuestro movimiento”. Ayer también se levantaron otras voces que pidieron “no generalizar ni usar el episodio para discriminar”. Un representante del Colegio de Abogados aseguró: “No todos los abogados son cagadores. Hay algunos que son seres sin ningún sentido de la ética, por supuesto, pero la mayoría son honestos. Lo que no debería pasar es que a partir de esto la gente empiece a creer que cualquier persona, por el solo hecho de ser abogada, es una criatura despojada de cualquier tipo de capacidad de discernir entre el bien y el mal y que por lo tanto no debería entrar en el Parlamento. Ese tipo de generalizaciones nunca son buenas”.
Caso Michelle Suárez: piden “no generalizar ni usar el episodio para discriminar”, ya que “no todos los abogados son cagadores”
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