El Club Atlético Independiente, una vez más, se coronó campeón de una copa internacional, fiel a su historia y al mote que se ganó de “Rey de copas”. El empate de ayer con Flamengo, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, les dio a los diablos rojos de Avellaneda la Copa Sudamericana, como en 2010 ante Goiás; este es el título internacional número 17 que suman los argentinos a las vitrinas de su club. El encuentro de ayer terminó 1-1 porque Lucas Paquetá abrió el score a los 30 minutos, pero el juvenil Ezequiel Barco lo empató de penal. El chiquilín de la selección sub 20 de Argentina lo pateó con mucha tranquilidad, pero vale decir que no había sido penal; ¿le importará a algún hincha del rojo? No lo creo. Todo eso pasó en el primer tiempo, pero en la segunda etapa, sufridísima por la tensión que se manejaba en el aire, el equipo visitante de Ariel Holan lo manejó muy bien, y en varias ocasiones se podría haber puesto en ventaja. El entrenador le devolvió la mística a Independiente, que con tres uruguayos –Martín Campaña y Diego Rodríguez en el arco y en la mitad de la cancha los 90 minutos, y Gastón Silva en el banco de suplentes– volvió a dar una vuelta olímpica como visitante a nivel internacional.