El eterno capitán cerrense se tiró al área rival en el minuto 87 y le ganó al zaguero Gonzalo Maulela para meter un preciso cabezazo cruzado que levantó los brazos visitantes en el estadio Luis Franzini y decretó el definitivo 1-1. Más que colectiva, la respuesta fue individual. Porque el sábado en el Parque Rodó, Cerro había coqueteado con el empate hasta la mitad del complemento, pero después perdió efervescencia. Defensor Sporting sufrió un golpe inesperado, que hizo impacto justo cuando los buenos ingresos de Facundo Castro y Gonzalo Carneiro parecían ponerlo a salvo de todo mal. Sin embargo, el duelo de ganadores de la primera fecha terminó con pérdida de puntos, y el joven invicto sobreviviente suena a forzado consuelo para el equipo de Eduardo Acevedo. La sensación se agranda al recordar los contragolpes mal culminados inmediatamente anteriores al gol albiceleste. Castro, Carneiro y Matías Cabrera tuvieron espacio para correr y pensar, pero no resolvieron bien una serie de avances que hicieron creer que el segundo gol estaba cerca. De a ratos incontenible, Maximiliano Gómez generó cosas parecidas mientras estuvo en la cancha. En el segundo tiempo, ante una defensa de Cerro naturalmente expuesta por la obligación visitante de buscar la igualdad. En el primero, ante una zaga ingenua por adelantada y rígida. El partido empezó con Defensor ganando por la izquierda y en el juego en largo hasta forzar reiteradamente el mano a mano con el arquero Yonatan Irrazábal. Una de esas jugadas terminó con un empujón innecesario de Rodrigo Canosa al sanducero Gómez que el árbitro Esteban Ostojich no sancionó como penal. Otra, con el gol de Matías Cabrera, que abrió la cuenta a los 30 minutos. A Cerro le costó casi 40 minutos generar riesgo. En su baldocita, Maureen Franco aportó lo primero parecido a una jugada peligrosa. Casi de inmediato, una buena combinación terminó con un cabezazo de Pellejero que se fue afuera. Liviano adelante, el equipo de Diego Alonso Barragán pedía a gritos variantes ofensivas. El técnico colombiano lo interpretó cuando promediaba el segundo tiempo y renovó por completo la dupla atacante. Más que por el ingresado Brian Lugo, eso que hacía falta llegó gracias al también ingresado Facundo Peraza, que quizá sea el complemento de área que Franco y los volantes ofensivos no siempre encuentran, a no ser cuando tipos como Pellejero le ganan al reloj y al almanaque y hacen de tripas corazón, a los 40 de la cédula y a los 40 y pico del segundo tiempo.