Barcelona protagonizó ayer una de las hazañas más grandes de la historia del fútbol europeo y mundial, tras una remontada increíble que lo clasificó a los cuartos de final de la Champions League. Más allá de lo que pase de acá en adelante con el Barça en el torneo, el 6-1 con el que los azulgranas derrotaron a Paris Saint-Germain en el Camp Nou quedará para siempre en la historia como un fantástico registro de lo que es el fútbol, de su magia única, de su capacidad de seguir sorprendiendo. Claro está que para que estos eventos increíbles sucedan dentro de una cancha debe haber grandes jugadores, y ayer el Camp Nou fue testigo de una noche consagratoria del brasileño Neymar, principal artífice del milagro deportivo logrado por el equipo de Luis Enrique.

Barcelona había perdido en el partido de ida 4-0 en París, y si bien arrancó bien y a los cinco minutos del segundo tiempo ganaba 3-0 por los goles de Luis Suárez, Layvin Kurzawa, en contra -estos dos en el primer tiempo-, y Lionel Messi, de penal, el gol que metió Edinson Cavani a los 62 minutos pareció desactivar la posibilidad de una hazaña. El salteño recibió dentro del área un pase de cabeza y, con un tremendo remate, puso el 3-1 que descalabró la reacción de los locales.

El gol de Cavani tuvo un efecto desmoralizante que se plasmó en consecuencias directas en la cancha, porque ahora el Barça precisaba meter tres goles más para clasificarse. Los azulgranas quedaron prácticamente sin reacción, estuvieron largos minutos sin generar jugadas de peligro sobre el arco de los franceses, pero detrás de la resignación de la enorme mayoría de los hinchas presentes en el Camp Nou había una proeza en gestación. En el minuto 88, Neymar metió un sensacional tiro libre que prendió una luz de esperanza, que se hizo más intensa momentos después, apenas pasados los 90, cuando otra vez Neymar anotó el 5-1. Este gol llegó luego de un penal cobrado por el árbitro Deniz Aytekin -alemán de origen turco-, tras una falta más que dudosa sobre Suárez, que cuando entraba al área sintió que le tocaban la espalda y no dudó en zambullirse de cabeza.

A un gol de la hazaña y con cinco minutos de descuento por jugarse, el Barça se fue arriba con el corazón en la mano. Un gran pase de Neymar ambientó el sexto gol, obra del volante Sergi Roberto, punto culminante de una jornada futbolera histórica, sin dudas sentida especialmente por los hinchas culés, pero conmovedora para cualquier amante del deporte.

Tras el milagro, Barcelona llegó a los cuartos de final, instancia en la que por ahora están adentro Real Madrid, Bayern Munich y los también alemanes de Borussia Dortmund, que ayer golearon 4-0 a Benfica de Portugal y siguieron de largo en el torneo.