El conjunto villero está encantador en este campeonato. A pesar de la eliminación en la primera fase de la Copa Libertadores, está jugando un muy buen fútbol que lo tiene como protagonista en todos los partidos. Con la incertidumbre de lo que pasará con el encuentro pendiente entre Nacional y River Plate, y a la espera del clásico, los albicelestes están en lo más alto de la tabla del Torneo Apertura, y eso lo celebra un barrio entero. No es para menos.

La victoria sobre Liverpool el sábado en su coqueto escenario, con un césped renovado y un marco excepcional, dejó en claro que el equipo dirigido por el caleño Diego Alonso Barragán va a ser un serio candidato en este torneo y que su manera de jugar es de las más atractivas que hay en la vuelta. Con toques, triangulaciones y muchas situaciones de gol favorables, Cerro logra maniatar a sus rivales y ponerlos contra las cuerdas.

Claro ejemplo de esto fue el primer tiempo ante los negriazules. En tan sólo 15 minutos de juego, Cerro tuvo tres chances claras de gol; impidieron su concreción las buenas intervenciones del arquero Guillermo de Amores. Lo más atractivo del conjunto albiceleste es el ataque; suma muchos hombres, entre volantes, laterales y delanteros, lo que hace que su 4-2-3-1, con Maureen Franco de punta, sea muy efectivo.

Los de Belvedere la pasaron fea en el primer tiempo. Sintieron demasiado la ausencia del juvenil Nicolás de la Cruz y de Gustavo Aprile en el mediocampo, por lo que su juego se limitó a los pases a las espaldas de los zagueros, en busca de los delanteros Nicolás Royón y Gabriel Leyes. En una de esas aisladas jugadas, tras una mano y un arranque en posición dudosa, Leyes quedó solo, cara a cara con el Mono Yonathan Irrazábal, y lo eludió de forma magnífica. Cuando parecía que iba a ser gol, porque el delantero estaba solo frente al arco, la pelota le quedó larga y alcanzó a puntearla sin ángulo, pero contra el lado de afuera. Insólito.

Más allá de esa incidencia, Cerro siguió generando chances basado en su buen juego, pero el gol no aparecía. Se iba el primer tiempo y un remate aislado que se iba afuera terminó con un regalo de Guillermo de Amores. El arquero negriazul no notó que la pelota se iba por la línea de fondo y la manoteó, obsequiándole un tiro de esquina a su rival. De ese tiro de esquina, tras una notable aparición del zaguero Rodrigo Canosa de cabeza, vino el gol cerrense.

En el complemento el juego se emparejó, y Liverpool se fue por arriba en busca de la igualdad. Con el ingreso de Cristian Sención y Santiago Viera, Mario Saralegui pasó del 4-4-2 al 4-2-3-1. Cerro se confió y dejó venir a su rival, que lo empató tras una jugada rarísima en el minuto 74. Primero castigó Maximiliano Cantera de volea, tapó Irrázabal, en el rebote le dio Sención y la sacaron en la línea, pero en la última apareció el goleador Royón y la pudrió, anotando lo que a esa altura era un merecido empate.

Desde ese momento hasta el final, el partido estuvo para los dos. Se generaron muchas chances, pero Cerro tuvo a la suerte de su lado. En una linda jugada en el minuto 85, Facundo Peraza se fue por afuera, desbordó y culminó con un centro rastrero. En el camino, en el afán de despejarla, el zaguero Federico Platero desvió el balón, con tan mala liga que la bola se fue al fondo del arco propio.

También con el “como sea” Cerro gana. Eso vuelve locos a sus hinchas.