Con gran actuación de su mejor futbolista, Perú con un esplendoroso Paolo Guerrero derrotó a Uruguay por 2 – 1. El equipo de Tabárez se vio superado por el siempre buen juego incaico y no logró conseguir un empate que buscó a los tirones. Uruguay quedó ahora en la tercera colocación de la clasificatoria y mantiene vigente su posibilidad de llegar de manera directa a Rusia 2018

Si ya un partido de fútbol, exclusivamente esos 90 o 95 minutos de disputa entre dos colectivos que en condiciones de laboratorio compiten en el escenario de juego, es extremadamente difícil y complicado de narrar por todas las alternativas dinámicas que se dan como consecuencia de aciertos, errores, neutralizaciones, engaños, ajustes colectivos, coyunturas individuales, imaginarán ustedes, cuanto se potencia tal dificultad narrativa en jornadas como la de ayer.

Uruguay pisó el césped del ya mítico estadio Nacional de Lima, construido sobre el césped de Santa Beatriz, el lugar en donde nació o definitivamente se etiquetó como tal la garra charrúa, con la tabla absolutamente modificada en relación a los primeros amargos del día.

Cuando Diego Godín le dio la mano al capitán incaico y a los jueces, el equipo que el capitanea había bajado del segundo lugar en exclusiva al tercero compartido con Chile, aventajando por apenas una unidad al quinto (el puesto de repechaje) que es Argentina que tempranamente había perdido en La Paz con Bolivia.

Demasiadas variables dinamizadoras del juego en si mismo como para creer que todo lo que pasó ayer en Lima quedó encapsulado en lo sucedido entre las 23.15 de ayer, y las 0.50 de hoy de acuerdo al meridiano de nuestros televisores.

Cinco cambios ordenados por Tabárez en relación a la oncena que perdió en Montevideo ante Brasil, ni una práctica real de fútbol entre el último gol de Paulinho en el Centenario y la primera carrera de Luisito Suárez en Lima, y una situación de ligera incomodidad, que hubiese sido considerada muy placentera si estuviésemos en 2009 y ni hablar en el 2013, cuando parecía estábamos lejos, muy lejos de los mundiales.

La ausencia casi absoluta de espacios de preparación específica y de campo para estos partidos, los de las clasificatorias mundialistas, donde los jugadores llegan 2 o 3 días antes de los partidos, hacen que estos planteles más que una selección de los mejores exponentes futbolísticos, sea casi permanentemente un combinado entre aquellos que se conocen casi como si fuesen los muchachos del equipo de la cuadra, un conocimiento y una aceptación que trascienden su lateralidad o su capacidad para cabecear o atajar, con otros recién afincados pero que ya se ve que destacan. No dio para ensayar esos 5 cambios, dio para aprovechar esa continuidad, ese conocimiento y esa posibilidad de nuevo ensamble por viejos antecedentes.

Cambios que no son Nelson

Evidentemente hubo una apuesta a la readecuación de la fortaleza defensiva, con el natural retorno de Fernando Muslera, pero además con las sustituciones de José María Giménez por Sebastián Coates, Jorge Fucile por Gastón Silva, y ya un poquito más arriba, Álvaro González por Egidio Arévalo Ríos, para hacer el doble 5 con Matías Vecino.

Iban seis minutos cuando a la carrera y en carrera Uruguay generó su primera jugada de peligro, fue un remate de Carlos Sánchez que se fue apenas afuera.

De todas maneras con su buena técnica y velocidad, los incaicos se apoderaron de la pelota y por 10 o 15 minutos el partido se jugó en campo celeste

A los 20’ Perú pudo ponerse en ventaja cuando tras un pelotazo Paolo Guerrero hizo un maravilloso control en movimiento y definió contra el caño. Uruguay le contestó de inmediato y con mucho menos arte, y el tiro de Sánchez de cara al arco se fue arriba.

Estaba embromada la cosa, cuando a los 29’ Fucile quitó, avanzó y vio el lugar para dársela a Luis, el ilusionista que cambió aquel pase en un encuentro de gol al Pato Sánchez. Lo feo se hizo lindo por aquel 1 – 0 que después descubriríamos tenía rápida fecha de vencimiento.

Nos duró tan solo 5’ porque otro profundo pase en largo para Paolo Guerrero hizo que el portentoso delantero venciera en un mismo movimiento a Godín y Muslera poniendo el 1 – 1 .

Y así se cerró la primera parte, de un partido seguramente interesante para quien lo estuvo apreciando sin que le dolieran prendas, pero no para las dos naciones futboleras en disputa.

Tirá esas flores

De arranque se mostraron picantísimos los peruanos y un cabezazo al minuto de Alberto Rodríguez generó un manotazo de Muslera de los que los arqueros recuerdan como un gol. A los 5’ una combinación de recortes y toques de un equipo que parecía Brasil del 70 o Barcelona del 2015 terminó con un zurdazo de Flores que pasó llorando al lado del arco uruguayo. Fueron 10 minutos en el horno para los celestes, que igual y casi inexplicablemente para cualquier observador que no sea oriental , inventaron una con un pase puñalada de Suárez a Cavani, y después Pato Sánchez a Suárez que no pudo finalizar.

A los 17’ vino el segundo gol peruano, y esta vez Guerrero fue quien habilitó a Flores que esta vez no fracasó y colocó el 2 – 1.

Desde el banco se buscaron respuestas: Urretavizcaya ingresó en el momento del gol por Carlos Sánchez, y después De Arrascaeta por Cebolla Rodríguez.

No había buenas chances para los celestes hasta que a falta de 15’ una confusa jugada que terminaba en gol uruguayo, terminó con una segunda amarilla para Urreta y su expulsión. Al robar y llevarse la pelota a Urretavizcaya le pegó involuntariamente en la mano y eso fue lo que sancionó y determinó la doble amarilla por más que de manera expresa en la última edición de las reglas del juego se aclara que no todas las manos son para amonestación.

Al final, con uno menos y sin la menor claridad pero con todo el empuje, Uruguay arañó el empate y por los caños, rebotes o pericia del golero, no llegó el empate.

Es por lo menos engañoso hablar de crisis de 3 derrotas seguidas, cuando la primera de esa serie es del año pasado de visita en Chile, y más de 4 meses después los 2 de este mes con Brasil en casa y este ante Perú. Uruguay a falta de 12 puntos en disputa sigue en puestos de clasificación directa y manteniendo claras posibilidades de acceder a la fase final de Rusia 2018.