“Levántate y anda” fue la premisa tricolor del fin de semana tras la sorpresiva derrota con Zulia en el Gran Parque Central por la Copa Libertadores. Ese encuentro fue una piedra en el zapato para el equipo dirigido por Martín Lasarte, que sin embargo, gracias a su victoria del sábado sobre El Tanque Sisley sigue con puntaje perfecto en el Apertura (con dos partidos pendientes).

El desgaste entre los juegos por la Libertadores, sumado a que el partido del sábado con El Tanque se jugó en Rivera, podía haber sido una complicación para los tricolores. Pero el libreto tuvo sus modificaciones y, aun sin el temple y el juego que lo caracterizaron hasta ahora, Nacional pudo ganar. Enfrente tenía a una de las sorpresas del campeonato: El Tanque Sisley. Un equipo efectivo y con ciertas características que le aporta su entrenador, Raúl Möller, quien siempre se las supo arreglar a pesar de algunas desventajas.

A Nacional le costó, y mucho, llevarse los tres puntos del Atilio Paiva Olivera, que lució elegante en la noche sabatina riverense. Lasarte tuvo que mover algunas piezas por el cansancio acumulado, pero el sistema se mantuvo con un 4-2-3-1. Uno de los que estuvieron desde el arranque fue Martín Ligüera, en el mediocampo, con Rodrigo Aguirre de un lado y Brian Lozano del otro.

Los circuitos en el primer tiempo no fueron tan efectivos en Nacional. Hugo Silveira, en la referencia del área, tuvo que bajar en varias ocasiones porque el balón no le llegaba. La más clara la tuvo el Huevo Lozano, con una maniobra personal y un lindo remate que rozó el palo. Pero no mucho más. El Tanque se plantó firme y fue difícil vulnerarlo. Su defensa estuvo bastante sólida, pero cometió muchos errores en la salida que podrían haber sido claves si la puntería alba hubiese estado más fina. El director técnico verdinegro planteó un 4-3-3 en lo táctico, que en la práctica terminaba siendo un neto 4-4-2, porque el melense Ademar Martínez debía replegarse constantemente para colaborar en la marca. La clave para la victoria vino tricolor desde el banco. Nacional no le encontraba la vuelta al partido, y el reloj se movía. Lasarte movió fichas, aunque no cambió de sistema. Primero ingresó Tabaré Viudez y fue por afuera, en el lugar de Lozano. Luego se arrimó Kevin Ramírez, también por la banda, como sustituto de Aguirre, y por último ingresó Sebastián Fernández, volcado al centro suplantando a Ligüera. Los tres fueron determinantes. Ramírez, local en su Rivera natal, fue imparable por la banda y generó peligro. Seba Fernández tuvo más encare hacia el arco, algo que Ligüera no mostró el sábado. En una maniobra personal, lo bajaron en el borde del área y la guinda quedó servida para el tiro libre.

Tabaré Uruguay Viudez es de los que saben. La acomodó, nunca miró al arquero, y tomó apenas dos o tres pasos de distancia. Con un gesto técnico envidiable, en una postura perfecta, el volante le pegó como los dioses con la derecha y la puso arriba, inatajable para el largo de Gonzalo Salgueiro.

Esta vez con muchas chances, aunque con poca puntería, Nacional fue más que su rival y lo venció con la magia de lo que tiene. El albo tenía que ganar y lo hizo. Sigue con puntaje perfecto y les mete presión a los de arriba.