La del sábado fue una tarde perfecta para el equipo dirigido por Martín Lasarte. Los de Sayago se mudaron por un rato e invitaron a los tricolores a jugar en Jardines del Hipódromo María Mincheff de Lazaroff.

La razón de haber elegido dicho escenario para ser local correspondió al entrenador cervecero, Pablo Peirano, quien previó que la semana próxima su equipo deberá visitar a Danubio, por lo que esta era una buena oportunidad para conocer el campo. Quizá en la próxima fecha jugar en la cancha danubiana les caiga bien a los cerveceros, pero el sábado no fue la ocasión.

Nacional liquidó tempranamente el partido, en tan sólo dos minutos, entre los 10 y los 12. Contó con una genialidad del delantero Rodrigo Aguirre en el inicio, quien tras recibir una habilitación de Martín Ligüera mandó la bola a la red con una hermosa picada desde el sector izquierdo del campo y desde afuera del área. El delantero, que está pasando por un gran momento, recibió de espaldas, acomodó el cuerpo y pinchó la pelota con tanta potencia y precisión que le resultó inatajable al arquero Diego Melián.

Ese gol liquidó a un Racing que había intentado presionar desde la mitad de la cancha hacia adelante en los primeros minutos de juego, pero que en la siguiente incidencia se encontró con otro gol albo. Un centro de Ligüera desde la derecha generó una bola sucia dentro del área, tras un despeje, y en el entrevero apareció Sebastián Fernández, que con un oportuno toque puso el 2-0, que fue ilevantable para los albiverdes, que habían comenzado la tarde como punteros exclusivos de su serie del Intermedio.

¿Cómo hacemos?

Nacional formó un 4-2-3-1, esta vez con la presencia de Felipe Carballo acompañando a Diego Arismendi. Tabaré Viudez se paró por la izquierda, Ligüera por el centro y Papelito por la derecha. La referencia de área fue Aguirre, que fue muy difícil de controlar para la defensa académica. Esos dos goles tempraneros condicionaron el juego, ya que pusieron nervioso al local y dieron lugar a un lindo toque de los tricolores, que durante el primer tiempo mantuvieron al peligro alejado del arco de Esteban Conde. La presencia de Ligüera siempre era un pulmón de escape para abrir juego ante cualquier duda.

Racing, que venía de ganar los tres partidos en el Intermedio y aún no había recibido goles, se encontró con algo inédito, que no pudo sobrellevar. Nacional le cedió terreno y el albiverde no se sintió del todo cómodo al ser protagonista. Peirano paró un 4-4-2 conocido, esta vez con un volante mixto y otro posicional, con el talento de Leandro Sosa por la izquierda y la aparición de Jesús Trindade por la derecha. La referencia en ataque fue el incisivo Nicolás Sosa, junto con el hombre de experiencia Yoel Burgueño.

Las llegadas cerveceras vinieron con un remate a distancia de Mauro Estol que Esteban Conde desvió muy bien, al que se sumó un cabezazo de Pablo Lacoste. Pero Nacional cerró muy bien los espacios y controló las arremetidas de Racing con la tranquilidad del resultado.

Para el complemento Lasarte mandó al Colo Santiago Romero en lugar de Arismendi –que se retiró debido a una molestia muscular–, lo que le dio más salidas rápidas al equipo, que las necesitaba cuando el rival atacaba y perdía dominio de balón. Luego ingresó, recuperado de su lesión, el riverense Kevin Ramírez y se paró por la izquierda, lo que hizo mover a Viudez hacia el medio.

La tónica esta vez tuvo a los de Sayago intentando presionar y llegar, y las chances comenzaron a aparecer. Pero Nacional, que fue paciente y perspicaz, también logró acercarse y tuvo varias jugadas de peligro para liquidar el partido. Un cabezazo de Ramírez que pegó en el travesaño y algunas buenas intervenciones de Melían –en particular una que se produjo ante un remate a quemarropa de Aguirre– fueron las causas de que Racing recuperara algo de esperanza.

Los cambios surtieron efecto en el equipo de Peirano, sumaron juego y agresividad ofensiva con la presencia de Facundo Bonifazi por la derecha y de Gastón Alvite en la delantera. El volante estuvo muy incisivo y generó muchas jugadas por la izquierda, que obligaron a los tricolores a bajarlo una y otra vez; así se fue expulsado, por doble amonestación, el colombiano Sergio Otálvaro.

En el final, después de tanto insistir, Racing obtuvo como premio un gol de Gastón Alvite a los 86 minutos, pero de nada le sirvió. Tres minutos después, Bonifazi no tuvo otra que bajar a Romero en el área, y apareció Aguirre para cambiar penal por gol.