En su primera participación internacional, Boston River, después de pasar la primera fase y hacer terrible partido de ida en Asunción con Cerro Porteño, ayer no pudo en la revancha de la segunda fase, jugada en el Parque Central, en Montevideo, ante los paraguayos azulgranas.

El resultado del encuentro fue 4-1 favorable al ciclón de Barrio Obrero, que terminó llevándose la serie y metiéndose en los octavos de final de la Sudamericana con contundencia. La campaña del Boston, igualmente, estuvo notable, porque en la ida mereció mucho mejor suerte después de marcar el 1-0 con el gol de Bruno Foliados y la cantidad de chances que tuvo a su favor para estirar el marcador y no la metió. Finalmente, en Asunción, Cerro lo dio vuelta, y estas semanas que pasaron previas a la revancha eran esperanzadoras para el equipo uruguayo por la actitud y la intensidad con las que habían puesto contra las cuerdas a los paraguayos, superpoderosos y con muchas incorporaciones para encarar este semestre. Esa esperanza comenzó a diluirse con el correr de los minutos, porque los dirigidos por el colombiano Leonel Álvarez, con buen juego pero sin tantas chances, con ataques por las bandas y transiciones rápidas entre el medio y los delanteros, y sobre todo con contundencia, maquillaron el marcador y dejaron la cuestión 4-1. Primero fue Jorge Rojas, la gran figura del match, de penal, quien a los 21 minutos abrió el score y puso el 1-0 con el que se fueron al entretiempo. Así las cosas, los de Alejandro Apud tenían que dar vuelta el resultado por lo menos con dos anotaciones para estirar la definición a penales. Pero no pudieron. Sólo dos minutos después de comenzado el segundo tiempo, Cerro Porteño marcó el 2-0 por medio de José Ortigoza; cinco vueltas del minutero después, fue Juan Aguilar quien puso el tercero, y luego William Candia, con un muy bonito gol, estampó el 4-0 en el placard. Boston River, ya sin chances de dar vuelta la serie y sabiendo que se iría de la copa, atacó con rebeldía. Quedó regalado en el fondo, pero encontró el descuento por el gol de Federico Rodríguez, que al toque, en la jugada posterior, tuvo el segundo en su cuenta personal, pero la pelota se fue desviada.

La derrota no opaca lo bueno de la propuesta de Boston River, y sin duda la historia del club quedará marcada por este paso internacional que mereció mejor suerte. Una lástima, pero como dice una de las banderas que se puede ver en todas las canchas, “vamo el Boston, vamo”.