Luego de los cuatro cruces muy parejos de los cuartos de final de la Eurocopa femenina que se está desarrollando en Holanda, se decantaron para la próxima fase semifinal los encuentros Holanda-Inglaterra y Dinamarca-Austria.

El partido que hizo historia en el torneo fue, sin duda, el que Dinamarca le ganó a Alemania 2-1, en el mediodía holandés de ayer. Para que también quede como recuerdo pintoresco, ese encuentro estaba fijado para el sábado de noche, pero en Róterdam llovió y llovió, se inundó completamente la cancha, así como los recintos donde se ubican las jugadoras suplentes. Aparecieron lampazos en manos inexpertas para despejar la cancha y gente baldeando hacia afuera el agua que desbordaba la zona de las suplentes, lo que hizo recordar –a los uruguayos– aquellas escenas de los colchones utilizados como esponjas algunos años atrás en Melo. Primero se prorrogó el comienzo, pero finalmente el partido se suspendió para el día siguiente.

Como siempre, en un escenario ideal tanto en lo que respecta al campo de juego como a las tribunas pobladas de gente alegre y a la organización extrema, para que las jugadoras puedan hacer lo que saben sin interferencias y con una actitud deportiva de pureza elemental, se produjo la caída inesperada de las alemanas, campeonas de las últimas seis ediciones y ganadoras de ocho de los 11 torneos jugados. En el primer tiempo dieron la imagen de equipo invencible y dominaron por su fortaleza física, calidad técnica y excelente procedimiento táctico. Se pusieron 1-0 a los tres minutos, y Dinamarca se resistió como pudo. En el segundo tiempo las alemanas diluyeron su accionar al tiempo que las danesas crecieron y con dos goles de cabeza dieron la nota del campeonato. A los 49 minutos, la delantera Nadia Nadim y a los 82 Theresa Nielsen culminaron esos ataques decisivos, en los que siempre se lucía la capitana, la 10, Pernille Harder. Así, luego de 22 años de victorias, las alemanas dejaron un torneo en las semifinales, algo que no ocurría desde 1993.

Otros pesares

Las otras dos selecciones que han ganado el torneo, que comenzó a disputarse en 1982, tampoco llegaron a las semifinales, por lo que esta edición holandesa estrenará selección campeona. Noruega, que fue campeona en 1987 y 1993, quedó eliminada sin puntos en el grupo B, mientras que Suecia, titulada en la primera edición, cayó el sábado 2-0 ante las holandesas locales.

Las naranjas mostraron un juego de mucho desenfado. Sueltas, creadoras, marcaron la superioridad, que se concretó en un gol en cada tiempo: uno a los 33 minutos, en un tiro libre frontal de Lieke Martens, jugadora recién incorporada a Barcelona; y el otro producido en un excelente contragolpe que culminó con un pase atrás de Shanice van de Sanden, que empujó al gol Vivianne Miedema. Esa victoria de las locales, que les permite avanzar a la fase decisiva, le hace bien al éxito de público que está teniendo la 12ª edición del mayor torneo europeo de selecciones.

Austríacas e inglesas

El encuentro de ayer entre Austria y España fue de tono menor y discreto, más allá del empate sin goles registrado tras 120 minutos de juego. La emotiva tanda de penales mostró –contradictoriamente– un muy buen porcentaje de aciertos. Todas convirtieron, a excepción de la buena centrocampista de Atlético de Madrid Silvia Meseguer en el tercer disparo, que atajó la austríaca Manuela Zinsberger. La victoria fue 5-3, quedando un disparo para España sin ejecutarse.

En el último partido jugado ayer, Inglaterra venció ajustadamente a Francia 1-0, en un choque de las selecciones que en la previa del torneo eran consideradas las principales rivales de Alemania. El único gol del partido lo convirtió la fuerte 9 del Arsenal londinense, Jodie Taylor, a los 60 minutos.

Las semifinales se disputarán el jueves con los enfrentamientos Holanda-Inglaterra y Dinamarca-Austria. La final será el domingo a las 17.00 (hora uruguaya).