La asociación de jugadores del básquetbol uruguayo alzó la voz. Expresó su descontento por situaciones reglamentarias que afectan sobre todo al desarrollo de los jugadores más jóvenes. También se manifestó en contra de algunos cambios que pueden tener consecuencias sobre los salarios de los jugadores nacionales en la Liga Uruguaya. Tras un par de semanas de diálogo con la Federación Uruguaya de Basket-Ball (FUBB), se reunieron con dirigentes de la Asociación Nacional de Entrenadores de Básquetbol del Uruguay (ANEBU). Jugadores y entrenadores encontraron varios puntos en común y también algunas discrepancias significativas, pero, por encima de todo, prima la idea de resolver estos conflictos de manera conjunta y en constante diálogo.

El miércoles 5 de julio, Basquetbolistas Uruguayos Asociados (BUA) resolvió detener la actividad de El Metro, el principal torneo de ascenso del básquetbol local, y no disputar la fecha pautada. Los jugadores de dicho torneo y también los de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB) tomaron esa medida luego de aprobarla por unanimidad.

En el comunicado que hicieron público en su cuenta de Twitter manifestaron que la razón para ello fue la falta de respuesta a los planteos presentados a la FUBB a fines de junio. El principal tema en cuestión era la inhabilitación de Maximiliano Botta, jugador que quiso disputar El Metro en el club Colón y que no pudo hacerlo por un error administrativo que fue de absoluta responsabilidad de la FUBB. Además, por este mismo motivo, Botta quedó inhabilitado para participar en la próxima LUB. El gremio de los basquetbolistas reclamó una solución para esa situación particular, pero también para la de los jugadores jóvenes de nuestro medio en general, que encuentran dificultades para su desarrollo deportivo. Sin embargo, no recibieron respuesta de las autoridades. La situación se vio agravada también por un cambio reglamentario votado por los clubes que participan en la LUB, contrario a la posición de los jugadores: la inclusión de un tercer extranjero en los planteles de ese torneo, el más importante del básquetbol uruguayo.

Pasados algunos días, la actividad de El Metro volvió a la normalidad cuando dirigentes de la FUBB propiciaron la apertura del diálogo con los representantes de BUA. “Con respecto al tema que desató el conflicto, se encontró una solución intermedia mediante un cambio reglamentario para que el jugador inhabilitado pueda jugar en la LUB. Esto es válido para él y para otros jugadores que están en la misma situación”, dijo a la diaria Federico Martínez, presidente de BUA. Otro de los deportistas involucrados en la gremial de jugadores, Omar Galeano, explicó: “La inquietud de los jóvenes es que se mejore la duración de los torneos. También están un poco molestos por la cantidad de trabas reglamentarias que tienen y que no les permiten encontrar salida de sus clubes”.

En este contexto, la inclusión de un tercer extranjero para los planteles de LUB no es una señal positiva para los jugadores. “Tenemos una reglamentación que permite al club tener a los jugadores sin pagarles prácticamente hasta los 24 años. Los jugadores no son libres hasta llegar a esa edad. Si a eso le sumás la medida de los tres extranjeros, se hace muy difícil el desarrollo de los jugadores”, dijo Martínez.

BUA tiene la convicción de que esta modificación reglamentaria afectará al mercado y resultará en la reducción salarial de las fichas nacionales. “En la estructura del básquetbol, vos podés armar un equipo alrededor de tres jugadores. No así de dos: no es tan fácil, por buenos que sean”, aseguró el presidente de la asociación. Los jugadores extranjeros tienen contratos que pueden ser rescindidos de forma unilateral por los clubes, de manera tal que las fichas foráneas pueden cambiarse a mitad de campeonato si su rendimiento no satisface al club. “Con esa posibilidad, lo que se va a hacer es especular hasta último momento con la contratación de las fichas nacionales, y la media salarial se va a reducir”, agregó.

El salario al final del período de contrataciones baja, porque el jugador quiere tener un equipo donde jugar, donde trabajar, y se ve forzado a aceptar ofertas menores. Por esa razón, tres extranjeros permitirían a los clubes un mayor margen de especulación y de ahorro en la conformación de los planteles. A modo de ejemplo, Martínez explicó: “Si los clubes gastan 1.000 pesos más en la contratación de jugadores extranjeros, la inversión sólo es redituable si en el total de los nacionales ahorran más que eso. Esa es la intención”.

El argumento de BUA es que si la búsqueda está orientada a tener jugadores de mejor nivel, es necesario brindar mejores condiciones salariales que permitan una dedicación profesional y exclusiva al básquetbol. Por el contrario, la situación que propone actualmente la FUBB llevará a reducciones de sueldo. “Estás obligando a los jugadores a tener otra actividad paralela al básquetbol, y ahí retrocedemos 15 años”, sentenció Martínez.

Como punto adicional, esa ficha extranjera adicional se incorporaría en lugar de un sub 23. Como consecuencia, se agrava el problema de los jugadores jóvenes, que siguen sin espacios apropiados para su desarrollo tanto en los planteles de primera como en torneos de reserva o sub 23. “Se está peleando para tener mayores fuentes laborales para los jóvenes y mejores torneos, y los clubes intentan llevar adelante esto. La verdad es que no es lo mejor”, consideró Galeano.

Por estas reivindicaciones, las autoridades de BUA se reunieron el martes con las autoridades de ANEBU. En casi todos los puntos hubo consenso, en particular en la necesidad de buscar que los jugadores que dejan las formativas no tengan que esperar tanto tiempo para tener competencia. “Se encontraron puntos comunes en la forma de hacer que eso funcione, y seguramente los podamos plantear en conjunto”, detalló Martínez.

Sin embargo, hay una diferencia clara, que amenaza el trabajo conjunto de jugadores y entrenadores: los tres extranjeros. “Ellos lo ven como algo positivo desde el punto de vista de mejorar la competencia, de hacerle bien al básquetbol. Pero no creemos que haya bien del básquetbol sin un beneficio para el jugador. Eso de que esta medida es por el bien del básquetbol es algo muy ambiguo. Si no se traduce en que el jugador pueda acompañar ese crecimiento, no nos parece que sea la forma”, argumentó.

En diálogo con dirigentes de la FUBB y con autoridades de la asociación de entrenadores, la lucha de los basquetbolistas uruguayos por hacer valer sus reclamos continúa. La asamblea reúne habitualmente a delegados de todos los clubes de El Metro y también, ocasionalmente, a jugadores de la LUB. La intención es que todos estén representados y solamente en situaciones excepcionales haya que convocar a la asamblea general. Tal representación no sólo llega a los clubes y los jugadores que se desempeñan en Uruguay, también a la selección y a los basquetbolistas que juegan fuera de fronteras. Martínez reveló que con quien más contacto tienen es con Bruno Fitipaldo –el capitán de la selección–, por cuestiones que definió como más generales y de largo plazo. “A lo largo de los años, cuando ha habido un detonante, algún caso puntual, los jugadores se arriman y logramos una participación masiva. Se ha trabajado y hemos logrado cosas importantes. Entendemos la importancia de que los jugadores estén unidos y se sientan representados por la BUA”, concluyó Galeano.