Con una rotunda supremacía de Estados Unidos en el medallero, finalizó ayer en Londres el Mundial de Atletismo, uno de los eventos deportivos más importantes del año. La prueba de relevo 4x400 masculino, ganada agónicamente por el equipo de Trinidad y Tobago, fue la competencia que cerró ayer el certamen que se desarrolló prácticamente en su totalidad en el Estadio Olímpico de la capital británica, el mismo que fue sede de los Juegos Olímpicos de 2012.

Luego vino la ceremonia final, precedida por la presencia del jamaiquino Usain Bolt, quien con música de Bob Marley de fondo, dio una vuelta a la pista del estadio y fue ovacionado desde las tribunas que un día antes habían quedado enmudecidas por la lesión muscular que sufrió en la final de la posta 4x100, la prueba que puso punto final a su brillante carrera profesional. Bolt había salido tercero en la final de los 100 metros llanos y su lesión en la carrera del sábado causó una tremenda conmoción, además de dejar a Jamaica sin una medalla en una prueba que en los últimos años solía tenerlo siempre en el podio.

En la jornada de ayer en Londres hubo varias finales, de las que se destacaron, entre otros, el oro ganado por la sudafricana Caster Semenya en los 800 metros llanos femeninos y el conseguido por el bareiní Mutaz Essa Barshim en la prueba de salto alto, con una marca de 2,35 metros.

Además ayer la velocista estadounidense Allyson Felix elevó a 16 su récord de medallas en mundiales, tras el holgado triunfo que obtuvo ayer en la prueba de relevos de 4x400 metros. Felix llegó a Londres con 13 medallas en mundiales, a una del récord de 14 que ostentaba la jamaiquina Merlene Ottey, pero sumó tres más con los oros obtenidos en los relevos 4x100 y 4x400, además del bronce que obtuvo en los 400 metros llanos.

El récord obtenido por Felix es parte del reflejo de la gran faena del atletismo estadounidense, que quedó al tope del medallero con un total de 30 medallas, diez de ellas de oro. Segundo se ubicó Kenia con cinco medallas de oro sobre un total de 11 y más atrás quedaron Sudáfrica y Francia con tres oros cada uno. La gran decepción del medallero fue Jamaica, que apenas se quedó con un oro gracias a Omar McLeod, ganador de los 110 metros con vallas.

Entre los sudamericanos el país de mejor gestión en este Mundial fue Colombia, con una medalla de oro –Eider Arévalo ganó ayer la marcha de 20 kilómetros– y una plata –obtenida por la triple saltadora Caterine Ibargüen–. Venezuela también obtuvo un oro en el salto triple femenino, prueba ganada por Yulimar Rojas, y un bronce, ganado por Robeylis Peinado en el salto con garrocha. El otro país sudamericano que ganó medallas en Londres fue Brasil, que celebró ayer el bronce ganado por Caio Bonfim en la marcha de 20 kilómetros.

El Mundial que ayer finalizó será recordado por la caída de Bolt, pero el sábado en Londres también se produjo la inesperada derrota del británico de ascendencia somalí Mohamed Farah, que no pudo ganar la final de los 5.000 metros, en la que fue superado por el etíope Muktar Edris. Farah, al igual que Bolt, había anunciado que este Mundial sería el último de su carrera, aunque el británico anunció que a partir del año que viene comenzará a competir en la prueba de maratón.

Este Mundial también quedará en la historia por la ausencia de Rusia, nación que está sancionada desde noviembre de 2015 por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), luego de que un informe independiente encargado por la Agencia Mundial Antidopaje dejó al descubierto las prácticas generalizadas de dopaje. Desde entonces, cada atleta de esta nacionalidad ha tenido que demostrar que no tiene ninguna conexión con el dopaje para poder participar en competiciones internacionales.

En esta ocasión, la IAAF autorizó a competir en el Mundial a 19 atletas rusos, aunque no pudieron portar su bandera y sus colores, sino que lo hicieron bajo el rótulo de Atletas Neutrales Autorizados. Esta delegación finalizó en el noveno lugar del medallero, con un oro y cinco platas.