A Peñarol le costó encontrarse, pero al final salió a flote en el debut del Torneo Clausura, en el que se juega su posibilidad de éxito en el Campeonato Uruguayo 2017. El primer tiempo lo ganó apenas 1-0, tuvo escasas aproximaciones al arco de enfrente, y el rival tiró más al arco. En la segunda mitad sacó amplia ventaja, con tres goles que la hinchada festejó casi tanto como la vuelta de Fabián Estoyanoff. El Tanque Sisley, club que recién el viernes pudo pagar los casi 400.000 dólares que debía a sus jugadores de la campaña anterior, quedó groggy y sin reacción desde que se concretó el segundo gol.

La rotunda goleada aurinegra tiene matices que van más allá de la incomparable medición de fuerzas entre su equipo y la debilidad de El Tanque Sisley, zurcido y entusiasmado por el Tola Julio César Antúnez, el baquiano entrenador que llegó para relevar a Raúl Möller. Ayer, el cuestionado Leonardo Ramos –todavía en estado de equilibrio inestable en un torneo que tiene un clásico en la quinta etapa– armó una nueva formación que incluía varios estrenos en competiciones oficiales. Pasemos lista: Fabricio Formiliano, Guillermo Varela, Walter Gargano, Mathías Corujo, los argentinos Maximiliano Rodríguez y Lucas Viatri, a quienes se sumó Fabián Estoyanoff, que jugó media hora porque se incorporó dos días antes del partido. Otro dato: la mayoría de los jugadores nombrados tiene experiencia, ya en selecciones uruguayas, ya en argentinas.

Si algo no se le puede cuestionar al técnico Leonardo Ramos en este partido es la falta de funcionamiento armónico que mostró en buena parte de la etapa inicial, la falta de contundencia para plasmar una evidente superioridad sobre el rival de turno.

Eso, por lo dicho anteriormente, era algo totalmente esperable. Los milagros no se llevan bien con el fútbol, y ya se sabe que la estabilidad de los planteles y el rodaje de varios partidos y torneos son vitales para que, asentado el poder colectivo, esos 11, 14 o 18 jugadores marchen en una misma dirección, sumando sus virtudes diferentes. En definitiva, el equipo mostró posibilidades y que hay buenos y muy buenos jugadores. De este modo, los partidarios aurinegros esperan que, en el transcurso de este torneo, finalmente, el equipo logre sortear una ya larga etapa de vacilaciones, mediocres demostraciones y pobrísimos resultados a nivel local e internacional.

Ayer se abrió una etapa de esperanzas para sus parciales y eso quiere resaltar esta crónica. ¿Por qué no? De todas formas, también hay que saber que muchas acechanzas aparecerán en el futuro inmediato, vestidas de distintos colores, que le pondrán mayores dificultades que las bien capeadas ayer. Hay otros 14 equipos que opondrán otras fortalezas. Y ahí está lo bueno de este aporte que hace Peñarol al atractivo del Clausura y del Uruguayo.

Ayer, en la zona de vestuarios, se repartió un ilustrativo folleto con fotos y datos de los 29 integrantes del actual plantel. A los 18 jugadores que aparecen en la ficha del partido anexa a esta nota se suman Thiago Cardozo, Yeferson Quintana, Hernán Petryk, Álex Silva, Ángel Rodríguez, Nicolás Albarracín, Gastón Camacho, Franco Martínez, Gastón Rodríguez, Nicolás Dibble y Cristian Palacios. ¿Hay material humano para formar un equipo competitivo? Parece que sí.

El gol inicial llegó muy rápido. A los siete minutos, una pelota rebotada dio en el brazo abierto del defensa argentino Santiago Chiquito Fogst, que mide 1,97, y el tiro penal estuvo a disposición de Peñarol: una muestra más de la absurda modificación que amparó FIFA en su último cambio de interpretación de las reglas. Peñarol no hizo nada para merecer ese regalo, y El Tanque no había cometido desaciertos que justificaran ese castigo tan influyente. No hubo otras acciones de tiros directos en el primer tiempo, salvo los pocos que registró El Tanque por vía de Enzo Herrera.

El nivel de juego no entusiasmó, pero las acciones aumentaron en el segundo período, en este caso exclusivamente por lo que hizo Peñarol. Otra vez, un gol rápido puso el tanteador 2-0 y a Peñarol como equipo dominante que mostraba acciones promisorias. Los hinchas disfrutaron del gol del Lolo como frutilla de la torta del buen fútbol tan ansiado, y hasta el sábado que viene.

Cabe recordar que en el Apertura, en este mismo enfrentamiento se registró el mismo tanteador de 4-0, y después... Los peñarolenses quieren, desean que en adelante la historia se escriba de otra manera.