El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), en el marco de las actividades del Día del Futuro, presentó ayer el proyecto “Conciencia agropecuaria”, una prospectiva del mercado de trabajo agropecuario hacia 2030. El viceministro de Ganadería, Enzo Benech, dijo, en la oportunidad, que es necesario incorporar los avances tecnológicos en el agro. “O nos adaptamos o nos caemos. No creo que esto tenga marcha atrás. El avance de la tecnología es irreversible, y no nos van a preguntar si lo queremos o no lo queremos. No sería lógico ni racional estar pensando en contra [de los cambios]”. El jerarca dijo que trabajar en la “conciencia agropecuaria” fue una decisión que tomó la cartera ya avanzado este período de gobierno. “Hemos puesto sobre la mesa, en forma sistemática, la necesidad de vender nuestra producción y ganar mercados, y eso se articula con la conciencia agropecuaria. Es un tema que tiene muchas aristas de las que no tenemos mucha información; a veces no estamos seguros de cómo abordarla, pero principio tienen las cosas y, por eso, nos estamos comprometiendo a trabajar fuertemente”. El proyecto “Conciencia agropecuaria” del MGAP cuenta con el apoyo de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En la conferencia de prensa de ayer, Patricia Céspedes, coordinadora del proyecto, dijo que hay que crear una identidad nacional en torno al sector agropecuario, atender el recambio generacional y la demanda laboral e involucrar a los jóvenes en el sector. Otro de los desafíos es atender el papel de la mujer. Céspedes explicó que el proyecto se centró en el papel que cumplirán los trabajadores a 20 años y en la estrategia de comunicación para difundir el rol que el agro desempeña en el desarrollo del país.

María Noel Ackermann, técnica de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del MGAP, hizo una exposición sobre uno de los estudios que llevó adelante esa dependencia. Habló de los requerimientos del mercado laboral a mediano y largo plazo, dentro de 15 o 20 años. La técnica dijo que el agro, en la actualidad, genera 150.000 puestos de trabajo y que el sector ganadero y el frutícola fueron los que perdieron más empleos desde 2011, año en el que se registró un aumento en el dinamismo del sector. Los servicios y el sector forestal, en tanto, fueron los que se mantuvieron más estables.

“Los desafíos para el futuro son el recambio generacional y [elevar] los niveles de educación [formal] de los trabajadores”, dijo Ackermann. Aseguró que dos de cada tres personas que trabajan en el campo apenas terminaron el nivel de enseñanza primaria. “Hoy la fuerza laboral no cuenta con la calificación para el desarrollo futuro”; no obstante, aseguró que “el sistema educativo empieza a dar respuesta a los requerimientos del mercado”.

La otra técnica de OPYPA que integró el panel, Ángela Cortelezzi, dijo que el sector va a incorporar más tecnología. “Cada vez requiere más versatilidad de los trabajadores”, aseguró. Un estudio reveló que en los últimos diez años se duplicaron las matrículas técnicas, sobre todo en la educación secundaria y terciaria. En todo el país hay 98 carreras vinculadas al agro, en el ámbito público y privado. En el área no formal, entre 2016 y 2017 hubo más de 900 actividades educativas dirigidas a técnicos, productores y público en general. A partir de estos datos, Cortelezzi dijo que el sistema educativo está respondiendo de manera favorable. “No son malas noticias”, afirmó.

Por su parte, Alejandra Sarquis, representante del IICA, aseguró que lo que falta en Uruguay es identidad nacional relacionada con el agro. “En los últimos cuatro años, 74% de las exportaciones de Uruguay fueron del sector agropecuario; [sin embargo] hay un alejamiento entre el campo y la ciudad”. Sarquis destacó el papel que está desempeñando el MGAP en promover la conciencia agropecuaria y dijo que Uruguay es un ejemplo en la región.

Vicente Plata, representante de la FAO, dijo que hay que mejorar el vínculo entre las personas cuando “la mayoría de la población no vive en el campo”, donde se producen los bienes del país.