No habrá que engañarse con este Defensor Sporting 2018. Venía de perder ante un rival tradicional y ayer ganó con lo justo mediante una falta penal cobrada en una montonera, pasó apuros ante un rival en fase de armado y no entusiasmó a sus seguidores, pero ahí está. Dio signos de fortaleza, hizo guiños traviesos aún inmaduros, como diciendo: “Pongan atención, este es el mismo equipo que perdió el Campeonato Uruguayo 2017 en una definición por tiros penales, y está enterito, muy estable”. Ayer se fue del Franzini victorioso, 2-1, con un gol inicial a los ocho minutos, en una aparición fantasmal de su nueva figura, el argentino ex Plaza Colonia Germán Rivero, y otro de penal cuando el segundero había dado una vuelta y poco en el comienzo del segundo tiempo. Fueron señales, fueron guiños. Los hinchas no quedaron muy convencidos, pero ¿cuántos partidos se ganaron así, por una pestaña, en la gran temporada pasada?

Le costó ganarle al equipo aún insuficiente que es Torque. En el primer tiempo estuvo más activo el golero local Guillermo Reyes que su colega Ignacio Barrios, aunque Ayrton Cougo perdió una gran oportunidad cuando, a los 27 minutos, recogió un pase largo, a la carrera, y, para evitar la salida del golero, tiró un sombrero que se le fue alto.

El 2-0 (¿tranquilizador?) llegó rápido. Matías Cabrera ejecutó bien el tiro penal que sancionó el árbitro Leodán González. Sin embargo, la tranquilidad efectiva no llegó hasta el pitazo final. Torque no se dio por vencido –un gran mérito de una formación que en su nombre alude a “la fuerza”– y el equipo de Eduardo Acevedo tuvo la baja de Mathías Cardacio, que se fue expulsado a los 71, por un golpe excesivamente fuerte, merecedor de castigo. Podría haber recibido una tarjeta amarilla, pero fue roja. Cuatro minutos antes, había llegado el gol del equipo que fue alentado por un poco más de 100 partidarios ubicados en la tribuna Alfredo Ghierra. Lo convirtió Agustín González, quien no había jugado en los dos partidos anteriores. Fue una definición por abajo, producto de una combinación con el colombiano Jhoaho Hinestroza, inquietante presencia, que fue muy bien acompañado en el ataque que compuso con el argentino Valentín Castellanos. Los otros tres jugadores que aparecieron como nuevos en la confianza del DT Pablo Marini, también argentino, fueron el defensa ex Liverpool Facundo Mallo, el golero Ignacio Barrios, que sustituyó a Mathías Cubero, y el volante Darío Pereira. Los que se mantuvieron de los dos partidos anteriores fueron los defensas Leo Pais –un ex Defensor muy saludado–, Martín Bonjour y Gonzalo Sena, además de los volantes Álvaro Brun –el capitán– y el muy prolijo Leandro Ezquerra.

La formación de Defensor es una expresión de continuidad, de estabilidad, eso tan importante para sostener rendimientos. Los tres defensas tuvieron a Ernesto Goñi en vez del Flaco Andrés Lamas –que se fue– acompañando a Gonzalo Maulella y Nicolás Correa; a los mediocampistas Carlos Benavídez, Cardacio y los abiertos Mathías Suárez y Ayrton Cougo, el enganche Cabrera más los delanteros Castro y Rivero. Los violetas se envalentonaron con el aliento que siempre da la victoria, mientras que los del oeste montevideano –un club en busca de hinchas– deben de haber ganado en confianza y en fe pa’l segundo tiempo, porque no hicieron mal papel.