Mientras la selección sub 17 se prepara para el objetivo parcial del Campeonato Sudamericano que se disputará en San Juan en pocos días y el objetivo final de la Copa del Mundo que se jugará en noviembre, la selección absoluta se prepara para la Copa América que se celebrará en Chile en abril y, como una prueba fuerte, irá a Asunción esta semana, donde se enfrentará dos veces con Paraguay.

Causaba extrañeza que, a tan pocos días de jugarse el Sudamericano sub 17 –en el que las celestes no competirán por un lugar en la Copa del Mundo, lo que ya tienen otorgado por su condición de locales–, la única información que existía era que se iba a jugar en la ciudad de San Juan por decisión de la Asociación del Fútbol Argentino y con el aval de la Conmebol. Desde el viernes 23 se sabe que se jugará desde el miércoles 7 de marzo hasta el domingo 25 y que el sorteo del calendario se llevará a cabo el miércoles a las 12.00. Un hecho absurdo: el sorteo de constitución de los dos grupos y el orden de los partidos se hará a una semana del comienzo del torneo.

La selección uruguaya estará ubicada en el bolillero número dos, junto a Colombia. El grupo A estará encabezado por Argentina (el anfitrión) y el B por Venezuela (el último campeón). Los restantes emparejamientos ya definidos son Brasil y Paraguay, Chile y Ecuador, y Perú y Bolivia. El orden se estableció según las posiciones de la última edición de la competición en Venezuela 2016, en la que Uruguay culminó en el quinto puesto y Colombia, en el cuarto.

Los dos primeros de cada grupo avanzarán a la fase final, instancia que otorgará a los dos mejor posicionados (excepto Uruguay) dos cupos para la Copa Mundial Femenina sub 17 de la FIFA, que se desarrollará en Uruguay desde el 13 de noviembre hasta el 1º de diciembre.

Tema mayor

Para entrar al tema de la selección absoluta, cabe informar que el jueves se realizará el sorteo de la octava edición del Sudamericano, que se celebrará del 4 al 22 de abril en Chile. Ya están designados como cabezas de serie el campeón vigente, Brasil, y el país anfitrión, Chile.El resto de los emparejamientos –uno irá al grupo A y el otro al B– fue ordenado según su clasificación en la Copa América anterior. En 2014 el campeón fue Brasil y, en orden descendente, quedaron Colombia, Ecuador (los tres participaron en la Copa del Mundo), Argentina, Paraguay, Chile, Uruguay, Venezuela, Perú y Bolivia. Las celestes estarán en el tercer bolillero junto a Venezuela. En los otros irán Colombia-Ecuador, Argentina-Paraguay y Perú-Bolivia.

El campeón y el vicecampeón se clasificarán para la Copa Mundial de Francia 2019. El tercero jugará un repechaje con el cuarto equipo de la Concacaf. El campeón se clasificará para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, mientras que el subcampeón irá al repechaje con un equipo africano. Los tres primeros, sin ser Perú, obtendrán los boletos para los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

A viajar

La preselección mayor entrenó de lunes a miércoles de la semana pasada con el regreso de Romina Soravilla (Nacional) y Agustina González (San Jacinto Rentistas), que cumplirán el quinto microciclo del año. Las dirigidas por Ariel Longo disputarán dos partidos amistosos en Asunción con Paraguay el miércoles 28 y el viernes 1º.

Las convocadas fueron las goleras Sofía Olivera (Peñarol) y Romina Chappe (Colón); las defensas Carina Felipe, Valeria Colman, Romina Soravilla (las tres de Nacional), Daiana Farías, Shirley Gómez, Alexia da Silva (todas de Peñarol), Pierina Montenegro (Canelones), Stephanie Tregartten (Unión de Paysandú) y Virginia Camaño (Liverpool); las mediocampistas Naiara Ferrari, Sabrina Soravilla (ambas tricolores),Ximena Velazco, Carolina Rodríguez, Jemina Rolfo (las tres de Peñarol), Giovanna Yun (River Plate), Agustina González (San Jacinto Rentistas); y las delanteras Paz Vila, Adriana Castillo (ambas de Nacional), Sofía Gamio (Liverpool),Catherin Berni, Lourdes Viana (ambas de Peñarol) y Romina Girbau (Progreso). Viajarán las nombradas, excepto Montenegro, que sufrió una lesión, y hay dudas, por asuntos laborales, sobre si podrá hacerlo la enlace Giovanna Yun.

Puede llamar la atención que no se haya tenido en cuenta a ninguna de las jugadoras reservadas del exterior en la segunda semana de febrero, ni siquiera a las que juegan en Argentina, la delantera Carolina Birizamberri (River Plate) y la mediocampista o zaguera Sindy Ramírez (San Lorenzo). También habían sido reservadas –ese fue el término utilizado para hacer saber que serían tenidas en cuenta para el Sudamericano– la defensa Stephanie Lacoste (Independiente Santa Fe, Colombia), la volante sanducera Pamela González (Málaga, España) y la delantera Yamilla Badell (Tacón, España). Causó extrañeza que no hubiera sido incluida la mediocampista josefina Mariana Pión, que actualmente juega en Atlético Nacional de Medellín.

Es distinto, ni parecido

Varios factores contribuyen para que la preparación de las selecciones nacionales femeninas transcurran en un ámbito más agitado, más perentorio, menos calmo y procesado como sucede con sus similares masculinas. Aunque es evidente que no se trata de situaciones similares –en un caso se trata de jugadores profesionales, o a punto de serlo, en las selecciones juveniles, mientras que en el otro son jugadoras que también son trabajadoras o estudiantes, sin instancia de fácil salida profesional–, hay otros factores que perturban a la realización a pleno de las preparaciones. Dos situaciones han chocado entre sí: en la Asociación Uruguaya de Fútbol existe un único entrenador para las tres selecciones –sub 17, sub 20 y absoluta–; a su vez, la Confederación Sudamericana de Fútbol tuvo la mala idea de acumular en menos de cuatro meses tres torneos clasificatorios a sendas Copas del Mundo, el Sudamericano sub 20 que se jugó en enero, el sub 17 que se disputará en marzo y la Copa América que tendrá lugar en abril. Por eso, el responsable técnico de las tres selecciones, Ariel Longo –quien también ocupa el cargo de coordinador de selecciones–, tuvo y tendrá dificultades objetivas para atender a los otros planteles cuando viaja al exterior con uno de los planteles. Le sucedió cuando estuvo en Ecuador, en enero, cuando se jugó el Sudamericano sub 20; en febrero, cuando dirigió a la sub 17 durante varios días en Mar del Plata, y le sucederá esta semana cuando viaje a Asunción con la selección mayor y así sucesivamente. Ese hecho tuvo un paliativo con la designación, sobre la marcha, de colaboradoras que se hacen cargo de los entrenamientos de los planteles que quedan en el país. Es notorio que el planteo de proceso único con responsabilidades precisas de distintos cuerpos técnicos que se da en el fútbol masculino no tiene su réplica en el fútbol femenino.